La Sociedad Interamericana de Prensa(SIP) que agrupa a los editores de los principales medios impresos del continente mostró su honda preocupación por el estado de la cuestión en el continente.
La libertad de prensa sufre múltiples amenazas. La reunión de medio año efectuada en Orangestad registró la muerte por asesinato de 13 periodistas en el cumplimiento de su oficio. Siete de ellos murieron en México, donde el narcotráfico y las mafias asolan a la sociedad.
Tres muertos registró Honduras y Colombia, dos. Brasil también fue escenario de una muerte.
La catástrofe de Haití se llevó la vida de 31 periodistas.
La SIP mostró su preocupación por la tendencia a crear e imponer (…) “legislación y normas restrictivas a la libertad de expresión, al derecho de informar y de ser informado y considera permanente el hostigamiento de gobernantes como los de Argentina, Bolivia, Ecuador, siguiendo el ejemplo de Venezuela contra decenas de radios, canales de televisión abierta y de cable, cerradas autoritariamente”.
La situación de Venezuela ha tomado un giro especial y pese a que la misma reunión de editores recibió a simpatizantes del gobierno de Chávez para defenderlo, es evidente la arremetida contra la información del internet.
Una auténtica contradicción, puesto que mientras se proclama a los cuatro vientos que la educación y el adelanto tecnológico son piezas importantes para la revolución, el uso del internet preocupa a punto tal que el propio coronel Chávez denostó a una página web que había mal informado sobre la supuesta muerte de un colaborador de su gobierno y fustigó a Twitter. En Venezuela, hasta se declaró hace un año a la internet como servicio suntuario en instituciones públicas.
Sí, para los tiranuelos la libertad es suntuaria. Estamos arreglados. Buscan controlar todo en un solo punto de acceso bajo la supervisión estatal retrotrayéndonos a las peores prácticas aplicadas en países donde gobierna un partido único.
La SIP también se ocupó del caso del periodista Guillermo Fariñas que en Santa Clara, Cuba mantiene una huelga de hambre que lo muestra en situación calamitosa. Se trata de una protesta por los presos de conciencia que el Gobierno de la isla dice que son agentes del imperio del norte. Los organismos de derechos humanos del Ecuador no se han pronunciado sobre la materia.
En nuestro país el tema de la libertad de expresión sigue en candelero. Los esfuerzos de sectores oficialistas de controlar y sancionar desde el poder político al ejercicio libre de la prensa y expresión han generado observaciones de amplios sectores.
Ahora preocupa el intento de que los medios privados rindan cuentas, esas cuentas que no le piden a los medios pagados con la plata de todos. Una vuelta más de tornillo. El afán autoritario por controlar la libertad.