El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) presentó los datos de la inflación de agosto: 0,01%. Este dato refleja un aumento en comparación con igual mes del 2016 (-0,16%).
Desde el 2016, la inflación mensual se empezó a ubicar por debajo de promedios históricos. Solo en junio y julio de este año, por ejemplo, se reportaron indicadores negativos: -0,58% y -0,14%, respectivamente.
A partir del segundo semestre del 2014 y en medio de una caída en los precios del petróleo y una apreciación del dólar, Ecuador no sale de esa etapa de contracción económica y eso se registra en las ventas.
Este comportamiento es el reflejo de una actividad económica que no despega y muestra el poco dinamismo en el sector comercial. Ya es parte del paisaje observar carteles con descuentos en los centros comerciales, pero las ventas no despuntan. Las empresas mantienen elevados niveles de inventarios y el consumo no se reactiva.
Un análisis de la Cámara de Comercio de Guayaquil señala que a pesar de que existe desde el 2016 una desaceleración en los precios, la presión por bienes y servicios que generó el gasto del gobierno durante la década anterior hizo que la inflación acumulada desde el 2007 para Ecuador sea de 49%. En ese mismo período, EE.UU. mantuvo una inflación de menos de la mitad, 20%.
Esa condición de ser país caro también se puede advertir en un estudio comparativo de precios turísticos publicado en julio. Para un extranjero, los paquetes para visitar Ecuador (incluido Galápagos) son caros en comparación con destinos como Costa Rica o Perú.
El elevado gasto gubernamental, las constantes reformas tributarias, las salvaguardias, los cupos de importación, fueron -entre otros- factores que influyeron en el alza de precios y una vez que esas burbujas se desinflan, el mercado se enfrenta a una realidad en la que no se prevén grandes cambios hasta fin de año. Aún se espera el programa económico del Gobierno, para ver qué decisiones tomarán las empresas y, sobre todo, el consumidor.