Mientras en Pichincha se pagó 60.3 millones de dólares por concepto de impuesto único al patrimonio de personas naturales, en Guayas solo se pagó 24.3 millones, que incluye US$ 13 millones de Guayaquil, la capital económica del país y US$10 millones de Samborondón, según el balance del Servicio de Rentas Internas (El Comercio 21-05-22).
Estas cifras parecen que contrastan con la realidad porque hay más acumulación de riqueza en la cuenca del Guayas que en Pichincha, por la producción exportable y por las actividades portuarias y comerciales de Guayaquil a más de su nivel de industrialización de mediana complejidad. También en Manabí y El Oro, los ricos solo pagaron UD$ 1.5 y 2.2 millones respectivamente. Ojalá no haya tanta codicia para acumular riqueza, que afecta al nivel de vida de la mayoría de ecuatorianos.
Por la buena gestión empresarial y de la mano de obra, los productos exportables están creciendo porque somos competitivos en camarones, banano, atún y cacao, lo que puede mejorar las condiciones de los trabajadores que en su mayoría son informales; a más de que todo el país hace esfuerzos para subsidiar el precio del diesel que estos sectores consumen en lugar de energía eléctrica. En cuanto a las contribuciones de las empresas que tienen patrimonios superiores a US$ 5 millones, en Pichincha la recaudación fue de US$153 millones y en Guayaquil solo US$ 83 millones, por lo que el SRI ha comenzado a controlar a las sociedades para verificar si hay omisiones de declaraciones o problemas en la veracidad, para establecer el tamaño de la inequidad y de egoísmo.
Así mismo, en la regulación de los patrimonios en el exterior que ha comenzado a recaudar el SRI hasta marzo/22, en Quito se pagó 5 millones y medio de dólares, pero en Guayaquil solo 632 mil dólares y en Samborondón 755 mil dólares. Pero ahora controlará los datos de 44 mil cuentas financieras de contribuyentes que residen en el Ecuador y que mantienen activos en 43 países. Con tanta salida de capitales seguirá la sociedad fracturada.