Resulta que en América Latina, los países con controles de precios sufren de inflaciones muchísimo más altas que aquellos que no tienen esos controles. Y en los países controladores faltan productos a tal punto que el Banco Central de Venezuela calcula un curiosísimo “índice de escasez”.
En casi todas las economías del mundo hay algún precio fijado por el Estado; buscando, seguro que en la economía más libre algún precio controlado existirá. Pero el problema surge cuando ese control se empieza a volver sistemático o cuando se fija precios claves en la economía. Eso ocurre en Venezuela y Argentina desde hace algún tiempo y está empezando a ocurrir en el Ecuador.
Veamos el caso venezolano. En ese país existen precios oficiales para muchísimos productos y se ha castigado duramente a las empresas que no los cumplen. Esto ha tenido el efecto más obvio: las empresas producen menos.
Supongo que por ahí habrá algún funcionario público de espíritu estalinista convencido que si se obliga a las empresas a vender más barato, van a bajar los precios, cuando lo obvio es que mientras más se implementa los controles de precios, menos producen las empresas. Y, economía básica, cuando hay menos producción, los precios suben (demasiado obvio para tener que explicarlo).
Por eso la inflación en Venezuela ha sido de las más altas del mundo en los últimos años; es más, en el 2010 tuvieron la más alta del planeta y en 2011 quedaron en tercer puesto (el año pasado bajó a “sólo” 21%). Y la escasez es tan evidente que hasta el mismísimo Banco Central de Venezuela la mide en un índice que refleja el porcentaje de los productos de la canasta familiar que no están disponibles. Para febrero el “índice de escasez” venezolano era de 19,7%, es decir, uno de cada cinco productos de consumo no estaba disponible (ni había algo lo suficientemente parecido como para reemplazarlo).
La ecuación es sencilla. Control de precios más implementación estricta es igual a inflación más escasez. Porque en Perú, Colombia y Chile, donde virtualmente no hay controles de precios, no hay escasez y la inflación anual a febrero de este año fue de 1,8%, 2,5% y 1,3%, respectivamente.
En el caso argentino, los controles de precios dispararon la inflación a tal punto que el Gobierno no reporta su verdadero aumento. Oficialmente la inflación es de 11%, mientras que inflacionverdadera.com la reporta como 26% a febrero. Por cierto, el Fondo Monetario Internacional desconfía tanto del dato “oficial” que amenazó con expulsar a la Argentina del organismo. Y la Argentina ya anunció que para octubre próximo, cuando se vence el plazo del FMI, habrá otro índice de precios.
En este marco, es preocupante que cada vez haya más controles de precios en el Ecuador y que se anuncie más para el futuro. ¿Quieren inflación y escasez?