Hitler reaparece. Avanza el neofascismo y la ultra derecha. Los demócratas alemanes tienen que enfrentar el hecho. Una estrategia sería la reconstrucción de una identidad nacional alemana que se distancie de las sombras apocalípticas del Fuhrer y del Tercer Reich.
Esta reconstrucción identitaria es tejida con poderosas figuras de su historia, no con guerreristas o caudillos, sino con personalidades de la ciencia, la cultura, la educación. En estos días, por ejemplo, arrancaron los homenajes a Ludwig van Beethoven, por los 250 años de su nacimiento.
El reconocimiento de estos personajes no es para alabar su “genialidad” sino para aprender de su extraordinario aporte a la colectividad a través del ejercicio de cualidades, valores y sensibilidades que, asumidos por la sociedad, le permiten a ella “Ser”, y sostenerse-desarrollarse como tal. ¿Cuáles valores? Trabajo, disciplina, tolerancia, libertad, respeto al otro y a la naturaleza, arte, música, solidaridad….
Este ejercicio de reconstrucción de la identidad, no solo es una apelación a la memoria, sino una interpelación al presente y al devenir. En efecto, el año anterior el homenaje de Alemania fue para el científico Alexander Von Humboldt, por sus 250 de nacimiento. A través de él, se reflexionó sobre el compromiso de la ciencia con el cambio climático, la relación armónica con la naturaleza y la valoración de las culturas y pueblos originarios.
Humboldt a fines del XVIII e inicios del XIX, vino a lo que hoy es América Latina, a Ecuador, a conocer e investigar la naturaleza y su gente, ya que según él no había separación entre naturaleza y cultura.
Reconoció la extraordinaria biodiversidad de estas tierras. Observó críticamente las consecuencias de una intervención irracional contra la naturaleza. Estableció que el ser humano es parte y tiene responsabilidad con ella. Por esto, Humboldt es considerado padre de la ecología.
Criticó la esclavitud y el dominio colonial. Señaló el respeto hacia las culturas indígenas y la necesaria actitud de aprendizaje frente a su sabiduría. Reconoció la existencia de diferencias entre los pueblos, pero dijo que no haya “pueblos más nobles que otros”.
Impulsó la democratización de la ciencia. Fue defensor de las libertades y contradictor del dogmatismo. En la tierra todo está conectado con todo. “Todo es interacción”: “Voy a recoger plantas y fósiles y a realizar observaciones astronómicas… Sin embargo, este no es el propósito principal de mi viaje. Trataré de averiguar cómo las fuerzas de la naturaleza actúan unas sobre otras y de qué manera el entorno geográfico ejerce su influencia sobre los animales y las plantas. En resumen, debo aprender acerca de la armonía en la naturaleza”.
En tiempos del desastre por el cambio climático, recuperar a Humboldt es clave y dice mucho de la nueva identidad alemana. ¿Y la identidad ecuatoriana?