Hora de la igualdad

Acaba de concluir en la ciudad de Brasilia el trigésimo tercer período de sesiones de la Cepal para discutir un documento elaborado por la Secretaría Ejecutiva en torno al desarrollo. Asistieron a la reunión representantes de los 44 Estados miembros y nueve asociados, quienes aprobaron por unanimidad la propuesta elaborada por la Cepal recogida en un documento bajo el título: “La hora de la igualdad.

Brechas por cerrar, caminos por abrir”. El extenso documento mantiene que la profundización de la democracia clama por una mayor igualdad de oportunidades y derechos. Las políticas económicas deben ser diseñadas con visión de largo plazo para que logren además de la igualdad de oportunidades, reducir las brechas en materia de logros efectivos, lo cual constituye el pilar de una agenda que tenga como meta la igualdad.

Se debe avanzar hacia una mayor igualdad en materia de acceso en campos como la educación, el empleo, la vivienda, los servicios básicos, la calidad ambiental y la seguridad social.

El documento propone en grandes líneas poner las bases para construir un estado de bienestar moderno en el cual exista un complemento entre igualdad, protección social, solidaridad instituida y disposición positiva de los agentes económicos.

La propuesta no excluye ni deja de reconocer las bondades del mercado, sino que a través de una política de desarrollo que tenga como objetivo la igualdad, hacer del mercado una institución más inclusiva. El documento reconoce que en sociedades con menores disparidades económicas y sociales es donde se logran visiones compartidas de desarrollo a largo plazo, en donde el sector público y privado forjan alianzas para lograr objetivos comunes.

El Estado en estas sociedades actúa para lograr el bienestar y el progreso de la sociedad en su conjunto y no solamente de una parte de ella.

La Cepal mantiene que la igualdad social y un dinamismo económico que vaya transformando la estructura productiva no están en contraposición y lo importante es encontrar las sinergias entre ambos elementos.

El documento deja claro que no se puede sacrificar el dinamismo económico y productivo en nombre de la igualdad.

Hay que crecer para igualar e igualar para crecer. Por lo cual igualdad y crecimiento económico deben de ir de la mano y apoyarse mutuamente. En este sentido se requiere de un mejor Estado en materia de regulación, transparencia, fiscalización y redistribución de recursos, y una empresa privada que actúe como motor del crecimiento.

El debate sobre el desarrollo continúa siendo parte de la agenda política de la región con miras a reducir las inequidades que se derivan de un mal diseño y aplicación de las políticas públicas.

Por lo tanto, ha llegado la hora de suscribir un nuevo contrato social que tenga como objetivo la igualdad.

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