Los símbolos cumplen un papel crucial en la vida de las sociedades. Para las instituciones académicas son una forma de expresar reconocimiento a la acción de las personas y a la vigencia de valores. Por ello, se debe destacar la entrega de un doctorado honoris causa de la Universidad Andina Simón Bolívar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en un acto en el que la Escuela Politécnica del Litoral y la Universidad Internacional del Ecuador también lo hacen, en el marco de la visita del exmandatario a nuestro país.
Este homenaje al presidente Lula quiere ser un reconocimiento a un gran estadista latinoamericano que se ha convertido en una figura mundial de nuestros tiempos. Su gestión como político y Mandatario brasileño, aparte de recibir el respaldo de la gran mayoría de sus conciudadanos, ha generado también la admiración y respeto continentales, como referente de un nuevo rumbo progresista para quienes soñaron por siglos en días mejores.
Su éxito al combatir la pobreza y la exclusión, al promover la participación popular, al conducir un exitoso proyecto nacional para su país, son motivos para despertar admiración y causa para rendirle un homenaje. A ello hay que añadir sus esfuerzos por la integración latinoamericana y sudamericana.
Para la Andina, la incorporación de Lula como académico de honor es sobre todo un homenaje a un dirigente obrero que ha llegado a las más altas posiciones como resultado de un proceso de organización popular y participación política en que él llegó a representar no solo a los pobres sino a toda la sociedad brasileña.
Es un reconocimiento al organizador del pueblo y al estadista visionario. Y es también, a través de su persona, un reconocimiento a los trabajadores de toda América Latina, verdaderos constructores de nuestra historia y nuestro destino común, que muy rara vez llegan a los claustros y titulaciones universitarias, aun cuando su labor productiva soporta los costos de las universidades públicas y no pocas privadas del continente.
Un doctorado honoris causa no tiene el efecto de un título académico, pero suele ser un homenaje apreciado en el ámbito internacional.
Distingue a quien lo recibe y a quien lo da. Por ello, aunque hay instituciones que lo han devaluado, concediéndolo a troce y moche a quien merece y a quien no, cuando una institución lo entrega solamente a unos pocos y bien seleccionados personajes, sigue siendo considerado un homenaje.
La visita del presidente Lula al Ecuador es un acontecimiento significativo, no solo por la dimensión continental y mundial del visitante, sino porque es un motivo para que se estrechen las relaciones entre Brasil y Ecuador. Los homenajes que se le tributan reconocen en él a un excepcional estadista y un gran forjador de América Latina, a la que el Libertador Simón Bolívar definió, al inicio de sus luchas libertarias, como un pequeño género humano.