Una pulga mira al cielo y le pregunta a otra: ¿Crees que haya vida en otros perros?
Era tan parroquiana la pulguita que creía que el mundo se acababa donde terminaba su mirada. Casi tan parroquiana como los funcionarios de este Gobierno que impulsaron la famosa Ley Antimonopolios.
Propusieron una ley para luchar contra monopolios en un país pequeñito, sin pensar que lo ideal sería tener empresas grandes, capaces de competir en el extranjero y, al mismo tiempo, dejar que entren empresas extranjeras que les hagan competir a los locales.
El problema es que, como somos un país pequeño, nuestras empresas “grandes” son diminutas en comparación con el resto del mundo. Y es justamente a esas empresas “supuestamente grandes” a las que les podría golpear la Ley Antimonopolios.
Ejemplos: el Banco del Pichincha, el mayor del Ecuador, puede parecerles enorme a los parroquianos personeros del Gobierno, pero equivale únicamente al 1,3% de Itaú, el mayor banco privado del Brasil. ¿No sería ideal que Itaú viniera al Ecuador, invirtiera y produjera más competencia en el mercado financiero? Sería ideal, pero ningún gran banco internacional invierte un país donde se traba la salida de divisas con un parroquiano 5%.
No es necesario irse al Brasil para ver empresas mucho más grandes que las “supuestamente grandes” del Ecuador. Bancolombia es cinco veces más grande que el Pichincha. ¿Cómo puede alguno de los “grandes” bancos del Ecuador pensar en competir seriamente en el mercado colombiano o brasileño si tiene que enfrentar unos rivales muchísimo más poderosos y si en su país de origen las parroquianas normas les complican crecer?
Supermaxi, la mayor cadena de supermercados del país, es la décima parte de la mayor cadena de Chile (Santa Isabel) y es la tercera parte de Éxito, la gran cadena colombiana. Con esas enormes diferencias de tamaño, ¿cuándo va a atreverse Supermaxi a entrar a Colombia? Y, al mismo tiempo, ¿cuándo van a venir acá cadenas extranjeras si aquí les cambiamos a cada rato las normas tributarias y les ponemos trabas a importar?
Las ventas de Pronaca, el mayor productor de alimentos en el país, representan menos del 2% de las ventas de JBS, el gigante de la carne en el Brasil. Y Nutresa de Colombia vende casi cuatro veces más alimentos que Pronaca.
Obviamente, en países más grandes, las empresas venden más, pero lo ideal sería que nuestras empresas se lancen a conquistar mercados afuera. Y sería espectacular que gigantes externos vengan a hacerles competir en serio. Pero hacemos todo para que nada de eso ocurra.
Para argumentar a favor de la Ley Antimonopolios nuestros funcionarios se inventaron el término “hipermonopolio”. ¡Pues qué hiperparroquianos fueron al diseñar esa ley!