Hasta pronto

Este mes de abril llega a su fin mi misión como Embajador de Chile en el Ecuador, luego de cinco intensos años, en los que nos dedicamos, junto al equipo de diplomáticos y administrativos, a acrecentar y fortalecer día a día las relaciones entre nuestros dos países.

En este período, corto en la historia de una nación, pero grande y significativo en la vida de un hombre, hemos llevado a cabo con esperanza y supongo eficacia, acciones y proyectos en los más variados temas.

Con la certeza del deber cumplido y de haber puesto el máximo empeño, me alejo del Ecuador, querido país en el cual tuve el honor de ejercer la más alta representación de Chile, y tierra en la que antes, en tiempos difíciles, viví, habiendo nacido aquí varios de mis hijos, y en el que actualmente se crían mis nietos.

Mi labor como diplomático me ha llevado a varios destinos, y ahora me corresponde cumplir con un nuevo encargo de mi Gobierno. Espero que esta nueva Misión sea tan fructífera como la que hoy dejo. Llevo como acicate el cariño y el privilegio de haber vivido y trabajado de nuevo en estas tierras, esa experiencia me será muy valiosa en mi nuevo desafío.

En estos años se me ha ratificado la innegable afinidad entre chilenos y ecuatorianos, lo cual nos ha permitido limar cualquier diferencia, primando siempre el buen entendimiento en nuestras relaciones, las que alcanzan un grado que se puede llamar fraternal, desde el principio de nuestras vidas republicanas y que también hoy se destacan como tales. Como representante de mi país en estas tierras he disfrutado de esta empatía encontrando respuestas oportunas y acertadas a cualquier dificultad que de pronto pudo haber surgido.

Durante estos años destacó la realización de las reuniones del "Consejo de Asociación Chile-Ecuador" y las de "Consejo Interministerial Binacional", unidas a muchas otras. Todas ellas nos han permitido avanzar y consolidar una relación cercana, fraternal y de mutuo beneficio para nuestros países y sus pueblos. Igualmente fluida ha sido la cooperación entre nuestras Fuerzas Armadas, como la de Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones, con la Policía del Ecuador.

Hemos realizado decenas de actividades y de eventos culturales, logrando una interacción fluida y generosa con las más importantes instituciones locales de las artes y la cultura.

No sería justo, que faltara en este escrito un agradecimiento, a toda la prensa ecuatoriana, que ha colaborado con esta Misión, en particular "EL COMERCIO".

No me resta sino expresarle a mi sucesor, mis mejores deseos en su Misión en este bello país, para lo cual cuenta con el cariño y la cooperación del gran pueblo ecuatoriano.

Por lo señalado y por muchas cosas que se guardan en lo más íntimo, sólo digo gracias y hasta muy pronto.

Suplementos digitales