Puede ser que cuando esta columna se publique, el presidente Correa ya haya instruido al bloque de País que sus vetos son inamovibles.
Presidente, hasta Dios -Yahvé- rectificó el último minuto la orden a Abraham de sacrificar a su hijo Isaac, y un ángel le entregó un cordero para el sacrificio. Génesis 22:1-19.
Algunas precisiones.
El retiro y la jubilación tienen graves efectos psicológicos, sobre todo en la tercera edad. Significan un trastorno de vida, a más del impacto económico de haber una severa caída del ingreso real.
Cuando usted ordena –en el veto- que no sean promovidos ni mejorados los servidores públicos que lleguen a los 65 años y que cesen los de 70 años, aun cuando su intención sea la pensión jubilar que premie una vida de trabajo, eso no será cierto, por las pensiones reducidas, muy por debajo de los actuales ingresos reales, de los forzados a jubilarse.
El lunes, por un comentario anterior, una maestra de 71 años me decía que su ingreso actual -por escalafón y funcional- está por encima de USD 1200 mensuales, pero como por décadas sólo se ha aportado sobre los sueldos básicos, una preliquidación en el IESS le ubica su pensión de jubilación por debajo de USD 700, o sea USD 500 de diferencia, el 40% menos de sus ingresos actuales.
Con la reforma a la Ley del IESS del año 2009, el techo de incremento de las pensiones es la tasa de inflación que en una economía dolarizada no debe ser más de un 4%, o sea USD 28 por año, en el caso referido.
Ese problema no existe con militares y policías, porque sus pensiones de retiro se ajustan vinculándolos con las remuneraciones vigentes, para los que están en servicio activo.
En el caso de la jubilación complementaria de los maestros universitarios jubilados de diciembre del 2008 para atrás, la base de 1953 que usted propone: sólo incrementar la pensión jubilar hasta el sueldo del mes que se retiró el docente- nada incrementa, porque la pensión del IESS -ahora quizás entre USD 500 y USD 700, en el promedio – siempre será superior a los sueldos nominales de retiro, entre menos de USD 100 y USD 250, porque las remuneraciones reales eran mayores, pero por escalafón y antiguedad.
Presidente, pida cifras y valores que le permitirán comprobar lo que expreso en líneas anteriores.
Vea también la lista de pensionistas vitalicios del Estado a los que está despojando de pensiones.
No extienda el castigo político de a quienes quiera privarles de las pensiones, porque usted cree que no las merecen, a otros cientos de ecuatorianos, héroes de la Patria sin pensión de retiro, premios Eugenio Espejo, mujeres y hombres de cultura y arte, deportistas de edad avanzada, que reciben casi limosnas en sus últimos años.
Dios será el juez del dolor que cause o de su valentía para reconocer errores y rectificar.