Sensaciones encontradas genera en Estados Unidos la decisión del presidente Barack Obama de posponer la votación en el Congreso legislativo sobre el uso de la fuerza militar contra Siria, luego de que Rusia presentara una opción diplomática a la crisis.
Mientras los leales al Mandatario defienden su decisión, anunciada en un muy esperado discurso a la nación el martes 10, los “halcones” (ala más belicista) creen que se trata de una nueva abdicación de Washington en su liderazgo mundial.
“La decisión puede rescatar al señor Obama y al Congreso de la agonía política que supone votar una resolución para autorizar un ataque militar contra Siria”, señaló el neoconservador The Wall Street Journal en su editorial del miércoles 11. “Pero el mercado diplomático ahora está abierto, y Obama se convirtió en un simple comerciante de camellos”.
“Un débil e inconstante presidente estadounidense está siendo manipulado por los enemigos de Estados Unidos”, señaló, y alertó además que la decisión de Obama podría hacer más factible que Israel lance un ataque unilateral contra instalaciones nucleares iraníes.
Uno de los argumentos para la ofensiva contra Siria era que podía servir también para disuadir a otros países, especialmente Irán.
Por otro lado, Nancy Pelosi, representante del gobernante Partido Demócrata, elogió la opción del Mandatario.
“El liderazgo de Obama volvió a colocar soluciones diplomáticas sobre la mesa, mostrando su disposición a agotar cada opción antes de usar la fuerza”, escribió en su cuenta personal de Twitter apenas concluido el discurso del Jefe de Estado.
La alocución de Obama, de 15 minutos, originalmente iba a ser el remate de un esfuerzo de una semana para convencer a los legisladores renuentes para que autorizaran el uso de la fuerza contra el régimen de Bashar al Asad, en castigo por supuestamente haber usado armas químicas contra población civil.
Según los servicios de inteligencia estadounidenses, más de 1 400 personas murieron el mes pasado en ataques perpetrados en varios suburbios de Damasco con bombas de gas venenoso.
Pero Rusia, el principal aliado de Siria, sorpresivamente presentó una propuesta para hacer que Al Asad ceda su arsenal químico al control de la comunidad internacional.
La iniciativa fue inmediatamente aceptada por el canciller sirio, Wallid Muallen, quien declaró la disposición de su gobierno a sumarse a la Convención sobre Armas Químicas y permitir una inspección internacional en su territorio.”Es demasiado pronto para decir si esta oferta tendrá éxito, y cualquier acuerdo debe verificar que el régimen de Al Asad cumpla sus compromisos”, señaló Obama. “Pero esta iniciativa tiene el potencial de eliminar la amenaza de las armas químicas sin tener que usar la fuerza”, destacó.