Guayaquil ni dio subsidios, ni subió los pasajes

Desde que los municipios asumieron la competencia del manejo del transporte público en sus ciudades, casi todos comenzaron a pagar subsidios a los transportistas con el fin de que no subieran el valor de pasaje de USD 25 a 0,30.

Esos ayuntamientos siguieron la misma línea de compensaciones, que comenzó el Gobierno en el último cuatrimestre del 2011 hasta antes mediados del 2014, cuando se descentralizó esta área, para frenar las paralizaciones del servicio.

Lo han hecho los cabildos grandes, como el de Quito y Cuenca. Los de Santo Domingo, Manta y Latacunga, en cambio, decidieron que el usuario pagara más y aumentaron la tarifa. Ese incremento no tuvo una contrapartida de los choferes, para ofrecer un mejor servicio a los habitantes.

Otros municipios, como el de Guayaquil, encontraron un camino distinto, que hasta el momento suena interesante y se aparta de las fórmulas tradicionales. Lo más importante es que la administración tiene un manejo técnico y no político, como se ha hecho toda la vida.

La Agencia Municipal de Tránsito obligó a los transportistas a mejorar las carrocerías de sus unidades antes de pasar un censo, que tiene el objetivo de controlar el estado, antigüedad y condiciones de servicio.

Si pasan esa revisión, que comenzó esta semana, los buses serán habilitados para circular por las calles del Puerto Principal y estarán autorizados para cobrar la nueva tarifa de USD 0,30 por cada usuario.

Este mecanismo ha permitido dar de baja a los buses antiguos, que ya cumplieron su vida útil, y que ya no pueden rodar por la ciudad. También ha hecho que las unidades estén en mejores condiciones.

Esta fórmula es una buena manera de mejorar el servicio y por ese mismo camino irán los buses de la Metrovía. Aunque, aún es muy temprano para saber si funciona o no, pues acaba de empezar. Sin embargo, hay un detalle pendiente: ¿qué se hará para que el usuario tenga un trato amable?

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