Que “el Ecuador es descrito actualmente como el jaguar latinoamericano”, afirmó el secretario Fander Falconí en un artículo de su autoría publicado en The Guardian el 7 de abril pasado, previo al viaje oficial a Alemania. Más que evaluar qué tan cierta es dicha afirmación -yo al menos nunca había escuchado a alguien referirse así del Ecuador antes de la publicación del artículo de marras-, habría que preguntarse si el camino que recorre el país se asemeja al que siguieron los tigres asiáticos, como insinúa Falconí.
Los tigres asiáticos -Hong Kong, Taiwán, Singapur y Corea del Sur- mantuvieron tasas de crecimiento económico anual del 7% o más durante, al menos, 25 años. En cambio, la economía ecuatoriana, que venía creciendo a un modesto promedio del 4,8% anual durante los seis años previos al Gobierno actual, creció a un promedio incluso menor durante los primeros seis años de esta administración: 4,3% anual, a pesar de que el entorno ha sido más favorable por el alto precio del petróleo.
El supuesto jaguar de la región, además, no ha mostrado la agilidad de otras economías latinoamericanas, como el Perú (que durante los últimos seis años tuvo un crecimiento promedio del 6,9%) o el Uruguay (que tuvo uno del 5,8%). Encima, la Cepal pronostica que la economía ecuatoriana crecerá 3,5% este año, es decir, menos que, por ejemplo, el Paraguay (10%), el Perú (6%) y Chile (5%).
Por otra parte, mientras los tigres asiáticos generaron niveles sostenidos de inversión anual cercanos al 25% del PIB, Falconí presenta como un logro la inversión pública del 14% del PIB en 2011. Parecería que el Secretario ignora el valor de sumar. Lo importante no es cuánto fue la inversión pública, sino cuánto fue la inversión total. Una inversión pública elevada en medio de la bonanza petrolera no es mérito; lo sería si esta se complementara con una porción no despreciable del creciente flujo de inversión extranjera directa (IED) que llega a la región.
Mientras en el período 2000-2006 el Ecuador captó el 1,4% de los USD 81 542 millones de IED que llegaron a Sudamérica, entre 2007 y 2011 obtuvo el 0,5% de los USD 431 648 millones de IED que recibió la región. Entre 2007 y 2011 el Ecuador fue el segundo país sudamericano con menor IED en relación al tamaño de su economía: en promedio la IED representó el 0,7% del PIB, mientras que en Chile fue el 7,5% y en el Uruguay el 5,9%. En el mismo período, cada ecuatoriano recibió en promedio USD 31 anuales de IED, mientras que cada chileno obtuvo USD 869 y cada uruguayo USD 601.
Los cuatro países asiáticos también fueron unos tigres para incrementar el volumen de sus exportaciones, cosa que no ha ocurrido en el Ecuador durante los últimos seis años.
Un animal (o un país) que no es ágil, que no ruge y que no entusiasma al mundo, más que un jaguar, parece una guanta soñando que es jaguar.