En Canadá, es muy difícil no ser un seguidor leal del canal público de noticias, CBC. Es la versión canadiense de la BBC y está estructurada como una entidad estatal, aunque no gubernamental, con un consejo directivo plural donde solo entran destacados canadienses. Es el canal más crítico con el gobierno de turno. Y no estoy bromeando en lo absoluto. Es el canal que más escándalos de corrupción ha sacado en los últimos dos años y el que hizo una investigación por la cual, el primer ministro perdió la confianza del Parlamento en el 2011 y se tuvieron que convocar a nuevas elecciones. Por supuesto ganó otra vez el conservador Stephen Harper y, por supuesto como todos los políticos, quiso vengarse del canal que le causa dolores de cabeza todas las semanas, reduciéndole este año el presupuesto en un 15%. El canal aparte de algunas menciones irónicas sobre el tema el día que se anunció el presupuesto, no hizo mayores escándalos sobre tal reducción. Siguió su trabajo como siempre y lo que sí se anunció es la reducción de los presupuestos en programas de amenidades, mas no en su línea dura de investigación. Un mensaje clarísimo de que no pensaban bajar la guardia en lo más mínimo. Esa misma semana, salió un reportaje investigativo de una hora de duración donde denunciaban que un niño inuit no pudo ser rescatado de la nieve, utilizando helicópteros del ejército, pero apenas unas semanas antes sí hubo helicópteros disponibles para llevar de pesca al ministro de Defensa.
Los canales privados, algunos propiedad de Rupert Murdoch, esos sí están alineados con el gobierno. Y es curioso que los ministros usan y frecuenten esos canales para contestar las investigaciones del canal público al que le tienen muchas reservas, por decir lo menos.
Usualmente se ven obligados a usar recursos judiciales para obtener documentos y, también les niegan entrevistas. Demás está decir que eso pasa en el Ecuador con los canales públicos. Y ustedes deben saber mejor que yo que –paradójicamente- el noticiero estatal tiene la misma estrategia Murdoch de llenar el noticiero con noticias oficiales, donde cada historia tiene relación con alguna obra, donación o dotación del gobierno de turno.
Por esta razón a más de considerar un despropósito y una arbitrariedad la prohibición de dar entrevistas, me parece que esto es una gran oportunidad.
Es el momento de que al menos en los medios independientes respiremos historias micropolíticas y no solamente las macropolíticas. Recurramos a crónicas y testimonios de la gente, llenémonos de documentos y datos. CBC no bajó la guardia, pero este canal público la mayor parte de su noticiero a reseñar historias cotidianas de la gente, reportar juicios importantes, temas de salud, de vialidad, de educación, donde la sociedad y no los políticos son los principales protagonistas.
Talvez no es tan malo como creemos.