Hasta hace poco, los venezolanos que abandonaron el “paraíso” de Maduro y su grupo sumaban 4´000.000: la cifra ha ascendido a 4´200.000. De ese total 360.000 estaban registrados en Ecuador, pero otros se están deslizando por los viejos caminos de los contrabandistas.
En el tumulto de Rumichaca estaba el ecuatoriano señor Luis Alberto Araujo Casame, residente en Caracas por largos años. Necesitaba ciertas medicinas y, como ya no las hay en Venezuela volvía a la patria por su salud. En Tulcán, por paro cardíaco, falleció. Al parecer, gran cantidad de migrantes venezolanos vienen por atención médica gratuita y cuando van a hospitales públicos, algunos se comportan agresivos exigiendo atención preferente. De un promedio de 47% de mujeres migrantes hay embarazadas que buscan alumbrar con seguridad en nuestras maternidades: en el “paraíso” de Maduro, a veces no hay ni luz eléctrica. Familias enteras están arribando. Esta nota del vespertino Ultimas Noticias (23 de agosto) es una muestra: “Rebeca Navarro, de 34 años … decidió buscar mejores días en Ecuador, junto a su hermana, su tía, un sobrino y otros dos parientes” Un hermano, Asaed, de 29 años llegado hace tres meses, según ella les indicó de la próxima exigencia de visa … “y por eso tratamos de venirnos lo más pronto posible, antes del 26”.
Según el responsable de las ONU, señor José Dávalos, muchos han venido sus bienes y traen dinero. Ubicados en un trabajo ahorran y envían dólares a sus parientes de Venezuela.
Diario EL COMERCIO (23 de abril de 2019) publica: “Envío de remesas al exterior subió 27% en el 2018” “USD 452,7 millones salieron de Ecuador el año pasado, la cifra más alta en la última década. Colombia fue el principal receptor” (no se especifica que sean envíos únicamente de venezolanos).
Por informaciones extra oficiales se conoce que hacen el depósito en banco ecuatoriano; la entrega, en un banco colombiano cercano a la frontera con Venezuela: hasta allí acude el destinatario y retira el dinero.
Para los dictadores de Venezuela, mientras más compatriotas emigren a Ecuador y otros países, cuánto mejor.
Con menos gente, menos exigencias, mientras el pequeño grupo de dictadores, está resguardado por 200.000 militares, de las Fuerzas Armadas Bolivarianas; 70.000 de la Guardia Nacional Bolivariana; 30.000 de la Policía; y, lo grueso, 500.000 personas armadas de las Milicias Bolivarianas.
Los buenos migrantes venezolanos deben encargarse de ilustrar que otros no adopten actitudes hirientes: la voz altanera, la inobservancia de reglas de cortesía y buen trato a los ecuatorianos, especialmente a los quiteños, está creando cierto repudio y puede terminar en xenofobia. Aquí se utilizan el saludo; las palabras gracias, disculpe, por favor, y no los gritos destemplados.