La sociedad ecuatoriana está más enferma. No solo que estamos más violentos, consumistas y apáticos, sino también más obesos y pesados.
Un número alarmante de niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos tenemos problemas de gordura. Los datos recientes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Ensanut-ECU-2011-2013 así lo confirman. El 29,9% de la población escolar de 5 a 11 años está afectada de sobrepeso y obesidad. En los adolescentes el 26%. Y en los adultos de entre los 40 y 59 años se dispara al 73%.
Entre los niños de 5 a 11 años los mestizos y blancos y los del quintil más rico son los más afectados: son un 30,7% y 41,4% respectivamente. En los adolescentes la tendencia se mantiene en cuanto a la condición económica. Pero los adolescentes y adultos negros son los más obesos.
Las provincias en las que aparece con más fuerza el fenómeno son Santa Elena, Galápagos, Bolívar, Chimborazo e Imbabura. Las ciudades de Guayaquil y Quito también se destacan. Sin embargo el problema se presenta en el 70% del territorio nacional.
La falta de ejercicio, pasar tantas horas sembrado en un escritorio, vivir frente a un computador o a la TV. Los pésimos hábitos alimenticios, comer tanta comida chatarra, hamburguesas, pizzas, hot dogs, arroz, papas fritas, pastas y beber tantas gaseosas, nos está pasando la factura. Nos está matando.
El sedentarismo y el mal comer aceleran el impacto negativo en la salud de segmentos cada vez más amplios de la población. Se multiplican en la gente varias enfermedades que por ahora ya son las principales causas de muerte en el Ecuador: diabetes tipo II, hipertensión, infartos cardiacos y ataques cerebrovasculares.
Estamos frente a un problema nacional que demanda de políticas públicas urgentes en las que no solo participe el Estado, sino fundamentalmente la sociedad y las personas. Si la gente no se involucra, el Estado avanzará a la epidermis, no solucionará nada por más que tenga plata y la mejor buena voluntad.
Se requiere de una gran alianza, de un trabajo interinstitucional entre diferentes ministerios (Educación, Salud, Deporte) con municipios y juntas parroquiales. Hoy que vamos a elecciones de gobiernos locales este tema debería estar en la discusión de los candidatos: ¿cómo el espacio público, parques, canchas, piscinas, se multiplican y aprovechan para masificar la música, el arte y el deporte? En la alianza deben intervenir la escuela, familia, organizaciones sociales, ONG y medios para generar mejores hábitos alimenticios y el cultivo del cuerpo. Es básico regular la propaganda de alimentos dirigida a los niños; establecer programas de colación escolar con alimentos nutritivos y sabrosos; recrear en las universidades y barrios lo mejor de la cultura culinaria nacional.
A recuperar el cuerpo, la mente y la dignidad.