Que se sepa, ni Rafael Correa ni el Ministro de Finanzas han comprado un entero del gordo de la lotería española, que entrega los más altos premios del mundo. Pero es como si lo hubieran hecho.
Según Petroamazonas, en noviembre el crudo Napo se vendió a USD108,8 el barril y el Oriente a USD113,3, lo que daría un precio promedio ponderado de unos USD111,9. Como el Presupuesto 2011 se calculó con un precio promedio de USD73,3 el barril, esto arroja ingresos petroleros adicionales a lo presupuestado de USD265 millones sólo en noviembre. ¡Que vivan las fiestas!
En el 2011, el precio del crudo ecuatoriano debe estar cerca de USD 98, generando entre USD 1 900 y USD 2 000 millones más de lo presupuestado. Lo que torna aún más inexplicable el alza de impuestos.
El nuevo año empieza con un precio del petróleo muy por encima de lo presupuestado, que es USD 79,7. No hay apuro para que los bancos estatales chinos desembolsen lo que falta de los USD 2 000 millones aprobados para el 2010, menos aún los USD 1 700 millones para el2012.
Tal es la diferencia entre el precio presupuestado y el real a la fecha, que el Ministro de Finanzas considera injustificado colocar el crudo a futuro (“seguro petrolero”) por el alto costo que tendría, en su criterio excesivo para el riesgo que se corre.
¿Cuál es la perspectiva que los altos precios se mantengan?
Es incierto. Hay factores que pueden incidir en una drástica caída, pero otros que apuntan a que continúe en alza.
No hay exceso de producción. A pesar de los anuncios de descubrimientos petroleros en todo el mundo, la producción fuera de la OPEP no se ha incrementado lo suficiente para satisfacer la mayor demanda petrolera. Las existencias de crudo en los países importadores se encuentran en niveles bajos. Un factor para que se sostenga el precio es consecuencia de la primavera árabe. Los sauditas, asustados por lo que pasó en Libia, Túnez, Egipto y Siria, han incrementado fuertemente el gasto social. El precio actual del crudo no les deja ya tantos excedentes. Ya no están dispuestos a aumentar la producción para bajar el precio a un nivel que favorezca la recuperación económica de los países industrializados.
Lo que puede hacer disparar los precios es el calentamiento del conflicto latente entre la OTAN e Irán al respecto del programa nuclear de los ayatolas. Si hay la amenaza de una guerra, los países y compañías buscarían incrementar sus existencias, y los mercados financieros empujarían los precios al alza. Pero si la economía de la eurozona se desmorona, caerían también las exportaciones de la China y otros países, se reduciría la producción mundial de bienes, bajaría el consumo de petróleo y se desplomarían los precios. Cauto optimismo para el 2012. Por lo pronto disfrutamos del gordo navideño.