Viernes Santo, día de reflexión y absolución para los católicos, quienes desde hace unos días cuentan con un Papa humilde, que cree y pregona el perdón. En nuestro país que transita por un vía crucis que no se sabe en cuánto tiempo finalizará, la redención es lo que menos buscan las autoridades. Al contrario, calificándose de católicos, están tras la persecución, el castigo y el dolor. La religión católica se basa en el amor. La doctrina que hoy predica la troupe del gobernante es la revancha con resentimiento. Comulgan cada vez que asisten a misa, pero ¿hay el deseo de contrición? Si vemos las acciones del Mandatario, “dueño” de todas las Funciones del Estado, se deduce que su intención es sancionar a lo que él considera va en contra de sus principios, no los de la sociedad. Así por ejemplo, en el proyecto de Ley de Comunicción se castiga a aquellos que informan situaciones que en criterio del movimiento político que gobierna, es mejor que no conozca la ciudadanía. Por eso inician acciones por el delito de injurias. Persiguen a todos aquellos que protestan, como a los alumnos de un colegio, que están encausados y detenidos por el delito de terrorismo. Jesús, ¿no expulsó a los mercaderes que se encontraban fuera del templo? Los romanos no le acusaron por vandalismo ni terrorismo.
A los que se reúnen se los juzga por conspiración. Ahí tenemos a los 10 de Luluncoto. La Última Cena habría sido catalogada por el actual Mandatario como asociación ilícita contra el Imperio Romano. Los Herodes de hoy hubieran condenado a los apóstoles y a su “cabecilla”. Y, posiblemente, la Última Cena no se habría dado en días del Emperador ecuatoriano, ya que el consumo nocturno y la venta de bebidas con alcohol, como el vino, está prohibida.
La política de este Gobierno respecto a la inseguridad ha sido endurecer las penas y crear nuevos delitos para atemorizar al pueblo. La conducta del que sabemos para con sus amigos infractores es la de lavarse las manos para que salgan del país (Duzak, el “primo”), así no se conoce a los implicados en las operaciones de los panas. Barrabás fue elegido en vez de Jesús.
En el proyecto Código Orgánico Integral Penal no hay políticas de inserción en la sociedad de las personas encarceladas. El perdón y el ejemplo, como Jesús hizo con María Magdalena, no se prevén. El infierno y el dolor es la solución para este Gobierno, siendo el catolicismo una religión de amor, comprensión y paz. Algunos dirigentes prefieren la crucifixión, cuando la muerte es una medida extrema a la que llegó el Señor como muestra de amor, perdón y redención de la humanidad.
En fin, escribir de este tema para que lo entiendan los dueños de la cancha, del balón y del árbitro, es signo de paciencia en este día tan especial para los católicos.