Por una regla legal vigente las encuestas de opinión no se pueden divulgar durante los 20 días anteriores al de las elecciones.
La norma está contemplada en el artículo 7 del instructivo para el funcionamiento de encuestas y empresas de sondeos de opinión y es mandatoria so pena de sanción impuesta por el artículo 52 de la Ley Orgánica de Control del Gasto Electoral.
Es verdad que hay varios países que regulan la divulgación de encuestas y otros, tan liberales en esta materia, que hasta permiten hacerlo el mismo día de la elección.
Supongo que la autoridad supone que las encuestas, su uso, divulgación y la manipulación o forzada presentación de datos ciertos o inventados, influye en los votos. Hay todo un debate sobre el tema que los entendidos no acaban de resolver. Santiago Nieto, de Informe Confidencial, firma que esta vez no presentó encuestas en los medios, dijo ayer en entrevista con EcuadoRadio que los resultados y presentación de las encuestas no suelen influir en los resultados, como muchos creen. Nieto se mostró escéptico, por ejemplo, de la imaginada influencia de esas encuestas en lo que se pudo considerar un voto útil en la primera vuelta (votar por el que vaya segundo).
Un tema diferente es aquel de los indecisos -muchos de ellos toman la decisión en la misma fila de votación- y como su mayor o menor número pueden definir una elección casi en el último minuto.
Con reglas tan intrincadas y minuciosas llama la atención que tantas encuestadoras y empresas de estudios de opinión se haya registrado ante el Consejo Nacional Electoral y que muchas de las que buscaron hacer las encuestas a boca de urna no lo hayan hecho. En la segunda vuelta hay más encuestadoras habilitadas para ese estudio que, por lo delicado y quirúrgico de la muestra, número de preguntas y entrevistadores, es costoso y debe ser serio.
El otro tema que se afronta, esta vez como un estigma amenazante, es aquel de la espada de Damocles que pende sobre las empresas de sondeos con los ejemplos de lo ocurrido en el Reino Unido con el Brexit, en Colombia con el acuerdo de paz con las FARC y aún en Perú.
Esta vez en Ecuador la subsistencia de las empresas, siempre en la mira de la opinión pública, de los medios de comunicación y de los candidatos depende mucho de su hoja de vida limpia y de la certeza de su trabajo. Ya se sabe que en una elección de muchos aspirantes un candidato habla bien de la encuesta si lo pone en primer lugar y los demás la desestiman y hasta reprochan. Muchos políticos pretenden atribuir sus derrotas, no a sus propios egos, fallos, falta de organización o mínima conexión con las expectativas populares y preferirían colgar en una plaza pública a los encuestadores.
Ahora hay varios elementos de decisión que serán claves en 9 días más. Los estudios dicen que las principales preocupaciones de los ecuatorianos son la crisis económica la falta de empleo, la seguridad y la corrupción. Temas cruciales en el voto final.