Fue un golpe de Estado puro y duro. En días, horas, entre la cámara baja y el Senado, destituyeron al presidente Fernando Lugo, de Paraguay. ¿Cuál fue la causa? Se dijo que un desalojo de campesinos en el que se produjeron 17 muertes. Pero ese desalojo fue ordenado por el poder judicial y ejecutado, por cierto muy torpemente, por la Policía, sin que mediara orden expresa del Jefe de Estado.
¿Sería porque hay una incipiente guerrilla que el Gobierno no ha liquidado? ¿o porque le han salido a Lugo denuncias sobre hijos mal habidos? Eliminar la guerrilla requeriría mucha mayor represión que la que ha sido la causa, o el pretexto, de la destitución. No fue por falta de “mano dura”. En cuanto a los casos de paternidad, más allá del escándalo de que eso le suceda a un obispo, aunque en servicio pasivo, no parece que eso realmente conmoviera a sus adversarios, acostumbrados a tolerar verdaderos crímenes, como los que cometió la dictadura que sufrió el país por décadas.
No fue defenestrado porque cometió abusos, persiguió a sus adversarios o a la prensa. La verdad es que Lugo triunfó para Presidente, pero sus partidarios no lograron mucho espacio parlamentario y se vio obligado a pactar con el Partido Liberal. Presidió un gobierno débil, que se complicó con su grave enfermedad. Fue extremadamente tolerante y no hubo base para quejas de abusos de poder.
¿Por qué se dio, entonces, el golpe? La verdad es que Lugo logró demostrar que había otro camino para uno de los países más pobres del continente. Pese a la debilidad de su Gobierno, a base de diálogo y esfuerzo, Lugo llevó adelante un proyecto político progresista: Gratuidad universal de los servicios de salud, fomentó la educación con una “canasta básica de útiles escolares”, un plan ambicioso de vivienda. Se redujo la pobreza y bajó el desempleo con 500 000 personas incorporadas al mercado laboral en 2011. Emprendió una reforma agraria que entregaría 240 000 hectáreas a los campesinos, llegando a cubrir ya casi un 50% de lo planeado.
Además del plan de manejar las próximas elecciones, estas son las verdaderas causas del golpe, cuyos actores se han quejado de la represión y han hablado de democracia, cuando muchos de ellos, bien instalados en el Partido Colorado, que gobernó con el sangriento dictador Stroessner, deberían estar presos por crímenes y robos monumentales.
El golpe ha despertado la condena internacional, especialmente de Unasur. Fernando Lugo se ha ido con dignidad, protestando pero sin provocar violencia. Su paso por el Gobierno ha sido ejemplo de voluntad de cambio y tolerancia. Y su caída, como la de Allende, prueba de que nuestras “democracias” no permiten que se cuestione el verdadero poder, que bota a quienes lo desafían. El golpe no fue contra Lugo, sino contra la verdadera democracia.