El fútbol –inventado por los ingleses hace más de un siglo y medio- le tiene una vez más al mundo bajo su hechizo y América del Sur está en su papayal, aspirando a un nuevo título marca FIFA. Europa no pierde las esperanzas mientras Asia y África siguen subiendo de nivel y Oceanía da sus primeros pasos. Los países actores se paralizan a la hora de los partidos y los goles están por ahora relacionados no solo con la alegría de los hinchas, sino con un porcentaje del honor nacional.
Un campeonato del mundo en el deporte de Pelé y Maradona es una cosa seria y el Ecuador –que comenzó su trayectoria futbolística internacional perdiendo un partido por 9-1- supo ya del gusto y el susto de dos clasificaciones entre los buenos equipos del planeta Tierra. Hay que repetir.
Sudamérica tiene su historia. Su zona atlántica –Argentina, Uruguay, Brasil- recibió una intensa emigración europea, mientras Inglaterra mandó directamente a Buenos Aires y Montevideo sus mensajes futbolísticos, muy bien recibidos. Río y Sao Paulo descubrieron pronto que ese deporte coincidía con sus aficiones y características físicas y mentales. El pequeño Uruguay organizó en 1930 el primer Campeonato Mundial, en premio a sus triunfos olímpicos, y ganó el primer título. Los orgullosos ingleses se aislaron y cuando dijeron “presente” –Río de Janeiro, 1950- tuvieron una amarga sorpresa. Perdieron frente a un novato equipo de los Estados Unidos –potencia que no sabía pizca de soccer- por 1-0, gol marcado por un lavaplatos inmigrante.
La otra hazaña estuvo a cargo, una vez más, de los bravos uruguayos, actores del “maracanazo” inolvidable ante Brasil. La historia y las anécdotas se fueron sumando y con ellas la lucha Sudamérica versus Europa. Actualmente se da un caso especial. Los ‘cracks’ argentinos, uruguayos y brasileños forman parte de las poderosas ligas europeas y regresan a sus países para formar parte de los equipos nacionales. Cosas del fútbol’ y de la economía.
La presencia de la televisión impulsó a los mundiales y los millones circularon con entusiasmo, ampliando las dimensiones del fútbol, incluyendo la dimensión de los pases y los sueldos. También el interés de las ligas nacionales por entrar a los campeonatos FIFA. Brasil con 5 títulos, Italia con 4, Alemania con 3 encabezan la lista de triunfadores. Hoy se cayó Italia y la Argentina maradoniana quiere ese puesto, pero hay varios candidatos. La nota destacada de este Mundial es la sede. Por primera vez llegó al continente negro y Sudáfrica se está portando muy bien, al compás de sus vuvuzelas, con el apoyo moral de Nelson Mandela y con la resurrección del gran Uruguay, el equipo que nos eliminó con un gol del dúo Forlán-Suárez. Les perdonamos y aplaudimos. Parece que un sudamericano triunfará en el Mundial africano. No hay que anticiparse. Falta poco para el desenlace.