35 años de gobiernos civiles

Gonzalo Ruiz Álvarez

El domingo se cumplen 35 años del retorno a los gobiernos civiles luego de tres regímenes de facto consecutivos. Ha corrido agua bajo el puente.

El Plan Retorno fue concebido y digerido desde el triunvirato militar con la conformación de tres comisiones de reestructuración jurídica del Estado.

Tres puntos fueron la clave: el primero , la formulación de dos alternativas de constitución que,por primera vez en la historia, no se escribieron en una Asamblea Constituyente. Un proyecto enteramente nuevo, que a la postre ganó el voto popular del 15 de enero de 1978 frente a un documento que fue escrito sobre la base de los textos de la Constitución de 1945.

Otros puntos importantes fueron la Ley de Elecciones y la Ley de Partidos.

La regulación de las estructuras políticas, las normas para su vigencia y la manera de contabilizar afiliados y designar dirigencias, fueron algunas de las piezas que posibilitaron la participación cívica de distintas tiendas, que a su vez representaban el espectro de tendencias e ideologías del país.

Transcurridos 35 años, de aquellas fuerzas políticas que tuvieron vigor y razón de ser, quedan con vida solamente dos: el Partido Socialista -convertido en aliado del movimiento oficial AP- y el Partido Social Cristiano, la manifestación más nítida de la derecha, pero ahora con una expresión marcadamente regional.
El PSC candidatizó en 1978 a Sixto Durán Ballén, quien llegó a la Presidencia al tercer intento y una vez separado de su partido luego de fundar el PUR. El primer Gobierno civil fue expresión de una fuerza populista, Concentración de Fuerzas Populares, CFP, en alianza con Democracia Popular.

El presidente Jaime Roldós encabezó el primer Gobierno civil de esta época con la inmediata oposición del caudillo populista de su propio partido: Asaad Bucaram.

La gobernabilidad, la crisis económica, las confrontaciones bélicas con el Perú y hasta dos asambleas constituyentes y tres constituciones han marcado una época que empezó con una fuerte participación popular, alzas de sueldos, y la creciente influencia del dinero del petróleo. El país cambió en su estructura social y el modelo tocó fondo cuando sobrevino una década de inestabilidad y la caída de tres presidentes (Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez).

El desgaste del sistema político y la irrupción de un nuevo liderazgo, con discurso de izquierda pero de corte populista, que ofrecía cambios cruciales, llevó al solio presidencial a Rafael Correa. Su discurso antipartidos políticos cuajó y, aunque parezca una paradoja ,la gente apoyó una democracia sin partidos, las viejas maquinarias que fueron tachadas de ‘partidocracia’.
Con las últimas decisiones discutibles de la proscripción legal del PRE, Prian, MPD y Ruptura se consolida un sistema diferente donde el movimiento supera al partido y el liderazgo personal vuelve a marcar otra etapa. Es como si la historia política se hubiese cambiado de un plumazo, o de varios.

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