¿Gobierno de Unidad Nacional?

No ha tenido eco favorable o, por lo menos, no ha trascendido, el llamado de Cauce Democrático a los partidos y movimientos políticos para la conformación de un Gobierno de Unidad Nacional, que presida Lenín Moreno, a fin de aunar ideas y esfuerzos para afrontar, con mayor vigor, a la catastrófica pandemia que azota al Mundo entero y que, según advertencia del director de la OMS, “es una batalla a largo plazo y no podemos bajar la guardia”.

Cauce Democrático es una organización no partidista, según afirma su presidente, doctor Osvaldo Hurtado, quien manifestó que Ecuador nunca enfrentó un desafío sanitario como éste, que puede costar la vida de muchos miles de personas y que particularmente preocupa lo que ocurre en Guayaquil, por lo que es momento en el que “todos tenemos que poner el hombro para salir adelante”.

Pero es obvio que se ha establecido una pausa en la actividad política y, más que nada, como se aproximan las elecciones, los dirigentes de las tiendas políticas y los pre candidatos a las diversas dignidades mantienen un statu quo que les permite escabullir el bulto, en expresión popular, ante las medidas económicas, laborales, etc., sin duda impopulares, que tendrán que tomar obligadamente el Régimen y la Asamblea Nacional, para, por lo menos aplacar el impacto que causa desde ya esta plaga no sólo aquí sino a nivel universal.

Es indudable que el Régimen y las autoridades seccionales, con el apoyo de una mayoría ciudadana, cumplen denodada acción contra esa pandemia, aunque también hay reclamos por diversas falencias, agravadas por la actitud de gente indisciplinada que no acata las disposiciones emergentes, y al mismo tiempo numerosas madres de familia se ven obligadas a infringir las limitaciones establecidas para procurar un mendrugo para sus hijos, ya que no les llega o es insuficiente la ayuda del Gobierno y de algunas instituciones y empresas que distribuyen alimentos y bonos en efectivo a moradores de esos sectores desposeídos.

En el plano internacional es motivo de duras críticas el procedimiento, calificado de irresponsable, de los mandatarios de los tres países con mayor población de nuestro Continente: Tan sólo cuando el coloso norteamericano se convirtió en epicentro de la pandemia, con efectos desastrosos, mister Trump tomó en serio su enfrentamiento. El presidente Bolsonaro dijo que sólo se trataba de una “gripecita” y que las medidas de precaución dispuestas “constituían una amenaza para la democracia, pues, el brasileño no se contagia, ya que suele bucear en las alcantarillas y no le pasa nada y, por último, que muera a quien le toque, porque así es la vida”… Y el presidente López Obrador invitó a los mexicanos a salir normalmente a la calle; “Yo les avisaré cuando tengan que quedarse en casa”, dijo, pero, cuando les avisó, el problema ya había tomado proporciones desmesuradas.

Suplementos digitales