Si quieren concretar el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE) hasta finales del presente año, las autoridades del Régimen tienen un par de meses para arreglar los desajustes causados por ellos mismos.
Durante los dos últimos años, diferentes entidades del Gobierno han emitido una serie de leyes y resoluciones que van en contra de lo negociado con la UE en julio del 2014. Ahora, con la necesidad de sellar el acuerdo y evitar un desbarajuste en el sector exportador, las autoridades empiezan a reformar sus propias reformas.
La sorpresiva reforma tributaria, enviada por el Ejecutivo la semana pasada a la Asamblea, arregla las distorsiones que se venían registrando desde el 2014 en la importación de licores. Este es uno de los cinco puntos pendientes con la UE.
Con la seguridad que da la mayoría oficialista en la Asamblea, la aprobación de la reforma tributaria es cuestión de días, por lo que las autoridades podrán decir a la UE que ese punto está solucionado.
El Ministro de Comercio Exterior también anticipó hace pocas semanas que las sobretasas arancelarias, que fueron prorrogadas hasta junio del próximo año, podrían empezar a desmontarse antes.
Esto abonaría para que el Consejo Europeo emita un informe favorable sobre Ecuador al Parlamento Europeo, que es la última instancia que debe aprobar el tratado comercial.
También se espera que en los próximos días se reforme la normativa sobre los límites para contratar reaseguros en el exterior, otro tema que ha sido observado por los europeos porque la normativa cambió luego de que concluyeran las negociaciones comerciales.
Los cupos para la importación de autos son el cuarto tema que deberá ser replanteado por las autoridades, ya que los límites vigentes no constaban en la negociación de julio del 2014.
Además, se prevén ajustes en temas de propiedad intelectual, como tasas por patentes y licencias obligatorias. El Código Ingenios también deberá ir a tono con lo negociado.