El Gobierno considera que los ecuatorianos consumimos mucho. Dicta una serie de medidas que restringen los bienes que podemos comprar con el dinero que ganamos y nos queda después del pago de impuestos.
El pretexto es la caída del precio del petróleo. Las medidas adoptadas hacen creer que estamos frente a otra crisis como la de 1998-99 o al menos la de fines de 2008 que solo duró seis meses.
Pero no es así. En diciembre 1998 el petróleo ecuatoriano llegó a estar a USD 7 el barril. En diciembre 2008, a USD 26. Hoy ha caído a USD 82, que es más de lo que promedió en 2009, 2010 y en cualquier año antes de Correa.
El precio cayó de un nivel elevadísimo, insostenible, a un nivel todavía alto pero que el mercado puede asimilar. No hay crisis de ingresos petroleros. Lo que hay es el deseo de imponer un minucioso control del consumo.
Se comenzó diciendo que los ecuatorianos estamos sobreendeudados: que gastábamos mucho con tarjetas de crédito. Pero resulta que la cartera de consumo de la banca está saludable.
Luego, que invertíamos mucho en vivienda, causando una burbuja, esto es precios especulativamente altos. Por ley se eliminó la prenda general en los créditos hipotecarios de vivienda.
Esto obligará a la banca a reducir el monto de los créditos hipotecarios, para reducir su riesgo. Quien no tenga ahorros sustanciales para comprar vivienda y depende exclusivamente del crédito bancario, no podrá adquirir vivienda.
La misma lógica que para las hipotecas se utiliza en los automóviles, aunque aquí no cabe burbuja, puesto que siempre se puede importar más.
Corrección: se podía. Porque en el mercado automotor, las medidas se multiplican. Por una parte, la distribuidora de vehículos deberá exigir una entrada sustancial, puesto que el vehículo tan pronto salido del almacén baja de valor. Quienes no tengan dinero para la entrada se quedan sin vehículo. Pero, adicionalmente, se establecen cuotas para la importación de vehículos, tanto terminados como los conjuntos que requiere la industria automotriz.
El resultado: habrá menor oferta de vehículos y el financiamiento será más duro. Menos ecuatorianos que desean vehículo propio o cambiar su carro viejo, podrán hacerlo.
El alza de aranceles y el establecimiento de cupos de importación se extiende a otros productos de consumo duradero. También a teléfonos celulares que están categorizados como herramienta de trabajo e incluso a insumos industriales y suministros para el funcionamiento de oficinas.
La economía es muy compleja para que un cerebro central tome todas las decisiones, desplazando al individuo. El modelo soviético fracasó por ese motivo. Una cosa es que las autoridades regulen y otra que pretendan tomar las decisiones que corresponden a cada empresa, persona u hogar.