El Gobierno es el culpable
No hay quien no lo sienta en carne propia: la inseguridad nos acorrala, los riesgos son abominables y los delitos, asaltos y atracos son cosa de todos los días. ¿Por qué creció tanto la inseguridad? Algunas causas vienen del pasado: la pobreza y la inequidad; la mala calidad de la educación; el desestímulo a la inversión privada que reduce las oportunidades de trabajo y aumenta el desempleo de los jóvenes; la corrupta e ineficiente justicia que provoca impunidad; la no rehabilitación de presos en cárceles humanamente indignas. A estos motivos se suman los errores gigantescos del actual Gobierno: los coqueteos con la guerrilla colombiana, la protección de los más altos líderes de esa organización terrorista por asambleístas y funcionarios encargados de la seguridad interna; la tolerancia de campos guerrilleros colombianos en territorio nacional. Como si esto fuese poco, el Gobierno resolvió levantar las visas a 130 países con el objetivo de “facilitar el turismo”. Gracias a esta infantil decisión, han llegado delincuentes internacionales que se dedican al tráfico de drogas y personas, y facilitan el flujo de terroristas peligrosos a otros países. En la estrategia de promoción turística de Ecuador pesan poco los pakistaníes, libaneses, afganos, esrilanqueses, etíopes y nigerianos, que han llegado, no a hacer turismo, sino a organizar bandas de narcotraficantes y delincuentes de alto calibre.
¿Quién es el culpable de todo esto? Sin duda el Gobierno que con irresponsabilidad mayúscula ha facilitado el ingreso de delincuentes. Pero no solo levantó el control de visas, sino que mantiene muchos pasos de frontera sin control alguno. Un ejemplo es Balsas, en la frontera con el Perú, que permite la entrada y salida de personas sin registrar su identidad ni reportar a Migración novedad alguna. Las bandas delincuenciales organizadas se enteran rápidamente de estas facilidades de ingreso y salida del país y aprovechan para asentar sus operaciones en los lugares en que no existe control o las autoridades son fáciles presas de la corrupción. Los datos demuestran que el Ecuador se ha transformado en estos últimos años en un lugar predilecto de sujetos peligrosos para la comunidad. Solo así se explica la captura de tres jefes de la guerrilla colombiana, dos cabecillas de las más peligrosas bandas de narcotraficantes mejicanos y ahora la del pakistaní Irfan Ul-Haq, jefe de la banda que operaba en La Mariscal, encargada de traer personas con tintes terroristas para darles alojamiento, documentos falsos y trasladarlos a los Estados Unidos. ¿Hasta cuándo vamos a tolerar estas criminales políticas gubernamentales?
Hay que hacer mucho para reducir la inseguridad pero debemos comenzar con no tolerar errores tan crasos como los de este Gobierno en materia de seguridad.