Geotermia: fuente energética

Nuestro planeta, que parece tan sólido, realmente es una gran masa líquida cubierta por una delgada capa dura. El espesor de la corteza terrestre es de 3 km en las profundidades marinas y de 70 km en los Himalayas. Todo lo demás es un material viscoso que está a más de 3 500 grados de temperatura.

El agua que corre junto a las laderas de los volcanes se filtra por las grietas producidas por terremotos o erupciones y llega cerca de las zonas calientes absorbiendo la temperatura. Luego sale a la superficie en forma de agua termal.

Hace ya algunas décadas italianos, islandeses y neozelandeses perforaron la tierra en zonas termales y captaron vapor de agua a 200 y 300 grados. Entonces lo condujeron por tuberías hacia una turbina y produjeron energía eléctrica. Así surgió una nueva fuente de energía aprovechable: la electricidad geotérmica.

Muchas son las ventajas de esta fuente térmica: la primera es que el flujo de vapor es continuo y prácticamente no tiene variaciones a lo largo del tiempo. Esto permite un uso constante del 92% de la capacidad de las turbinas instaladas. Las otras fuentes renovables no tienen esa condición, pues se ven afectadas por los cambios estacionarios del clima. Así la hidroelectricidad está sujeta a las subidas y bajadas del nivel de agua en los ríos; la electricidad fotovoltaica, depende de la luminosidad que varía según la mayor o menor nubosidad y la eólica esta sujeta al voluble comportamiento del viento. La segunda ventaja es el costo de producción de alrededor de 7 centavos por kilovatio/hora, mucho menor que el de las termoeléctricas o la compra de electricidad al Perú o a Colombia. La tercera es que los lugares de explotación están muy cerca de las redes de transmisión ya construidos. La cuarta es que al no producir emisiones de CO2 pueden ser financiados parcialmente con bonos de carbono, reduciendo aún más el costo de inversión.

Hay también riesgos que deben ser considerados: el de las presiones a las que está sujeto el vapor de agua y, por tanto, el riesgo de explosión durante el proceso de perforación de pozos geotérmicos y el manejo adecuado de las aguas condensadas, pues son portadoras de metales pesados que contaminan el ambiente.

En Ecuador, existen cuando menos cuatro lugares geotérmicos importantes: Tufiño en Carchi, Chachimbiro en Imbabura, Chalupas en Cotopaxi y Chacana en Napo. Estas fuentes suman un potencial de 952 megavatios, algo mayor a la capacidad real de Coca Codo Sinclair y cercano al de Paute, pero con una constancia productiva mucho mayor.

Por eso creo que el Estado debe concentrar sus esfuerzos en el desarrollo de estos campos y sustituir las inversiones en plantas térmicas por las geotérmicas mucho más convenientes para Ecuador.

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