Un estadista se caracteriza por su visión estratégica de largo plazo para la conducción del Estado en el sistema internacional; mientras que el estratega es quien debe hacer realidad el escenario prospectivo establecido en la política exterior publicada en su Libro Blanco.
Estas premisas de Cohen y Kaplan, sirven para asesorar a los decisores políticos y ayudan a vislumbrar la conformación de cinturones de quiebra de la seguridad global.
En este contexto el Mar de China oriental y meridional es uno de los escenarios que hoy cobra vigencia como una realidad de gran preocupación global.
El presidente Obama desde el 2011 ya previo en su Política exterior o Estrategia del Pivot, el cambio del centro de gravedad de la seguridad desde Medio Oriente hacia la Cuenca del Pacifico. Daba atención al pensamiento de Cohen para quien un cinturón de quiebra (shatter belt) se conforma por regiones fragmentadas que poseen gran división interna y que por encontrase atrapados en la competencia y entrecruzamiento de zonas de influencia de las grandes potencias se convierten en zonas de desestabilización e inestabilidad, como lo demuestra en la actualidad la Cuenca Asia Pacífico.
Son fuentes de conflicto, el proceso de nuclearización y de lanzamiento de misiles de Corea del Norte, mediante el cual busca miniaturizar cabezas nucleares para sus misiles Tapeo Dong, lo cual provoco el despliegue de la III Flota estadounidense con el portaaviones nuclear Vinson y la provisión del sistema antimisiles Thaad, en Corea del Sur.
Es también una fuente de conflicto territorial entre China y Japón, las islas Diaoyutai- Senkaku, según la determinación de la zona de identificación defensa aérea por China; quien además en su Libro Blanco del 2015, señala como parte de su defensa activa, que las fuerzas separatistas, refiriéndose a Taiwan, siguen siendo la mayor amenaza; situación traída a escena con la comunicación telefónica de la presidenta de Taiwan al presidente Trump. Un tema de enorme importancia es la construcción de islas artificiales a partir de pequeños arrecifes, en la zona de disputa por la soberanía de las islas Paracel y Spratley, convirtiéndoles en pistas de aterrizaje y puertos, parte de la estrategia de control la ruta de seda marítima conocida como el “collar del perlas”.
A los países que reclaman soberanía, Filipinas, Vietnam, Brunei, Taiwan y Malasia, se adelantó China con la territorialización, aun en contra del dictamen de la Corte Internacional de la Haya, que reconoció el derecho a Filipinas, por lo que el presidente Duterte, ordenó la ocupación de las islas en cuestión.
Ecuador no se siente atraído por la situación, ni por la Alianza del Pacífico porque su atención se encuentra en la comunidad de Eurasia, con su acercamiento a Bielorrusia.
Columnista invitado