Hace pocos días la Asamblea aprobó la Ley Orgánica de Fomento, Apoyo y Protección a la Lactancia Materna que, entre otros temas, prohíbe la venta libre de sustitutos de la leche materna y determina que esos productos únicamente podrán ser comercializados bajo prescripción médica. Esta normativa establece que los médicos, tanto de instituciones públicas, como privadas, deben recomendar, cómo único alimento de los niños lactantes, la leche materna, salvo casos especiales.
Uno de los peores azotes a nuestro país son las elevadas tasas de desnutrición infantil, por las consecuencias catastróficas que origina, en los menores afectados: disminución de estatura, merma de capacidades intelectuales de atención y aprendizaje, labilidad para contraer enfermedades como: diarreas, asma, alergias, neumonías, entre otras. Por eso se justifica el combate emprendido para bajar las altas cifras de desnutrición infantil que agobian a nuestra niñez. Han unido esfuerzos instituciones gubernamentales, fundaciones nacionales y organizaciones internacionales, para promover la lactancia materna mediante la educación de madres, padres, familias y comunidades, a través de la gestión estatal permanente, independiente de los gobiernos de turno, encaminada a mejorar las condiciones de vida de la población, la dotación de agua potable, la eliminación adecuada de excretas y sobre todo el fomento de la lactancia materna, pues la leche de la madre reduce el peligro de la desnutrición, por su contenido de anticuerpos, agua, grasa, proteínas, vitaminas, azúcares y más de 300 nutrientes, que la convierten en el alimento más completo y saludable para niños menores de 2 años o más. La propuesta de la Asamblea Nacional de no permitir la venta de suplementos o complementos nutrientes de la leche materna, sin receta médica, creará una serie de problemas que, en lugar de frenar la desnutrición infantil, rebotarán y la incrementarán. Sugieren los asambleístas ampliar el número de bancos de leche materna, como solución utópica a las dificultades que se avizoran, fruto de esta Ley apresurada, en cuya elaboración han prescindido de la opinión de las sociedades médicas científicas o de la Academia Nacional de Medicina, cuyos experimentados médicos están prestos a asesorar a todos los estamentos gubernamentales relacionados con la salud. Es un absurdo que se obstaculice la compra de nutrientes, que son tan necesarios para el desarrollo infantil y que se congestione más a los, actualmente copados, consultorios y servicios de pediatras y neonatólogos, por el requerimiento de una receta firmada que permita efectuar dichas adquisiciones, ¿quién supervisaría el expendio correcto de las prescripciones, cuando en el país ni siquiera se controla la compra indiscriminada de antibióticos y hormonas, medicamentos cuyo uso, sin vigilancia, es severamente atentatorio a la salud de los habitantes?
El tiempo recomendado de lactancia abarca, por lo menos un año, pero la licencia postparto, de las madres trabajadoras, es de 12 semanas, lapso que, concluido, las obliga a retornar a sus ocupaciones laborales; si no hay un banco de leche materna, ¿tendrán que pagar la consulta o esperar un turno hasta conseguir la receta para adquirir una fórmula complementaria? ¿cómo deben alimentar a sus niños lactantes las madres que no producen leche o que están sometidas a tratamientos, cuyos efectos pueden afectar a los lactantes?
¿Por qué la comisión de salud, dirigida por asambleístas que no son médicos, no utiliza positivamente el tiempo y emite el anhelado Código de la Salud o implementa el indispensable Sistema Nacional de Salud?
Sí, en general, existen tres formas de medicinas: Fármacos, Hormonas y Nutrientes, estos últimos (los nutrientes) no deben ser prohibidos para la venta, en tanto se debe controlar la venta libre de antibióticos ante el creciente peligro que crea su mala administración, al dar lugar al aparecimiento, cada vez más generalizado, de resistencias bacterianas y virales, en una amenaza permanente de llegar a la imposibilidad de atacar a las infecciones y evitar la muerte masiva de los pacientes.
Ante este nuevo gazapo de la Asamblea, estará totalmente justificado el veto total, al inconsistente proyecto de Ley de Lactancia Materna, por el Presidente de la República.