Cuando se tiene un desequilibrio fiscal significativo como el escenario anterior a las últimas decisiones económicas donde el déficit era equivalente a cerca del 8% del PIB, es decir, alrededor de USD 8.000 millones, el recorte de gastos del gobierno estima ahora que la deficiencia presupuestaria se situaría este año en aproximadamente 4% del PIB, alrededor de USD 4.000 millones. Esto demuestra una disminución importante del gasto público, aunque éste haya sido todavía concentrado solamente en el gasto de inversión sin que el gasto corriente muestre aún cambios de relevancia. Este esfuerzo de austeridad, por la magnitud del problema, era necesario pero no es suficiente, pues reduce presiones de gasto al presupuesto pero no le genera liquidez adicional.
Ilustrando lo citado con un ejemplo casero se podría decir que un padre de familia que gane mensualmente USD 1.000 pero gaste USD 1.400 tiene una deficiencia mensual de USD 400. ¿Qué pasa si baja el gasto en USD 200? Sin duda le quita presión al exceso del gasto pero no le resuelve el problema porque sigue necesitando USD 200 cada mes. Eso es justamente lo que ocurre con el presupuesto del Estado. La baja de gasto por el tema subsidios, eliminación de algunas entidades públicas, fusión de ministerios, reducción de seguridad a funcionarios públicos, etc., ayuda y se lo debe hacer inclusive con mayor intensidad, pero no resuelve el problema de la falta de liquidez. Por estas y muchas otras razones, se ha insistido en la necesidad de que el programa económico del gobierno ordene la casa, sanee las finanzas públicas, fortalezca al sector externo, baje el costo de producción para que el sector privado pueda competir mejor y, en especial, atraiga recursos en buenas condiciones. Esos recursos provenientes del exterior, sean préstamos, repatriación de capitales o inversión extranjera, requerirán confianza y reglas claras. Si son préstamos demandarán un riesgo país adecuado y éste solo vendrá con un programa económico lo suficientemente robusto y técnicamente bien diseñado, que permita un acuerdo internacional con los multilaterales. Un acuerdo con los organismos internacionales impone un sello de garantía internacional que facilita el apoyo externo al país. Por lo tanto, un acuerdo con el FMI, BM, BID o CAF, no es un tema ideológico, es una necesidad para poder reactivar la economía y reducir el desempleo y la pobreza. El Ecuador debe plantear el programa económico y con el plan desarrollado buscar el apoyo de los multilaterales.
El Ecuador debe hacer lo que requiere para estabilizar la economía y reanimar el sector productivo. Mas, para salir del problema necesita dólares y éstos solo vienen del exterior. ¿Que el FMI se ha equivocado? Sin duda que sí. Pero más se han equivocado los gobiernos o la política concebida como una paternidad irresponsable del Estado con los ciudadanos.