La ironía, con el agregado “bote a sus informantes. Tómese un cursito de economía” es del canciller Patiño, refiriéndose al candidato presidencial venezolano Henrique Capriles, por la versión de éste de que Venezuela habría “regalado al Ecuador 6 345 millones de dólares”.
Patiño explica que una suma cercana a 6 500 millones es la resultante del intercambio comercial en el sistema de la Alba, con el régimen monetario del sucre, que luego se liquida en dólares entre Ecuador y Venezuela, encontrándose los pagos efectuados hasta el mes de abril del 2013.
Pero más allá de la explicación, la cita es para evidenciar el cruce de frases que domina el entorno de las actuales relaciones internacionales.
El presidente Correa, a su vez, en la sabatina del 4 de mayo del 2013, le dirigió tachas de burla al embajador norteamericano en el Ecuador, Adan Namm, “metidito” y “malcriadito”, por su presencia en el acto de la Unión Nacional de Periodistas en Quito, el pasado viernes 3 de mayo del 2013, por el Día Mundial de la Libertad de Prensa, acto en el que el citado Embajador tuvo un gesto no ortodoxo en diplomacia, no sólo por su presencia, sino también por agregar en el gran mural inaugurado ese día, que recoge caricaturas y frases por la Libertad de Expresión en el Ecuador, un pensamiento de Thomas Jefferson: “La única seguridad para todos es la prensa libre”.
Jefferson fue el tercer presidente de los Estados Unidos (1801-1809), pero más importante que aquello fue uno de sus fundadores y quien redactó el proyecto de Declaración de la Independencia de Estados Unidos que con pocas reformas fue suscrita y proclamada el 4 de julio de l776.
De Jefferson se ha dicho que fue “un gigante con imperfecciones”, por sus ideas racistas, en el entorno de la época en que vivió. Correa lo calificó de esclavista, sindicándolo de haber tenido 200 esclavos negros. Realmente esa tacha no se origina en Correa ya que por años -aun dentro de la potencia del norte- ha sido materia de debates históricos.
Y no sólo Jefferson fue cuestionado. Correa le advirtió al embajador Namm: “Que se ubique un poquito. Aquí libertad no es portar un arma para defender la libertad de los negocios que venden armas. Aquí no hemos invadido a nadie, no tenemos torturas como en Guantánamo, aquí no tenemos aviones no tripulados matando a supuestos terroristas sin juicio previo y junto a ellos a sus mujeres y niños”.
¿No sería bueno que todos los actores piensen y actúen por valores superiores en las relaciones internacionales, en consonancia con las libertades y la vigencia de los derechos humanos, sin renunciar a dignidad y soberanía? Lo recién actuado respecto al Perú, cuando las declaraciones radicales quedaron atrás, nos deben hacer pensar que sí es posible rescatar la sensatez.