El otro día en una reunión del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) sobre Transporte e Infraestructura, un funcionario peruano trataba de conversar con todos los delegados, pero especialmente con los japoneses, surcoreanos y canadienses. Decidí observarlo. Era el único delegado de alto nivel delegado de América Latina que había asistido a todas las reuniones del grupo desde hace varios años. El lugar de México (también estado miembro) estaba vacío y Chile había mandado una delegada del ministerio que no correspondía y que apenas se estaba empapando de los temas.
Al final de la reunión de alto nivel, el funcionario peruano consiguió aprobar una reunión adicional en Cusco para llevar inversiones y generar turismo y dos proyectos importantes, uno de ellos, nada menos que para insertar Perú en una plataforma inteligente de manejo de puertos. Su esfuerzo es encomiable, por una razón adicional: Indonesia, Filipinas, Malasia y Vietnam, todas ellas creciendo a más de 6% anual, enviaron 18 delegados. Por cierto, Perú es el único país que consiguió que Canadá (en el marco de la APEC) financie un programa de cooperación para emprendimientos sociales de pequeñas y medianas empresas, solo destinado para un par de países asiáticos. El evento coincidió con un informe presentado por el Banco de Desarrollo de Asia donde evaluaba los efectos de la guerra comercial entre China y EE.UU. Y el resultado es devastador para América Latina, porque aunque ustedes no lo crean, los países asiáticos mencionados ganaron cerca de un punto porcentual del PIB en esta guerra, mientras nosotros observábamos. Vietnam fue el campeón, con 65 mil millones en inversiones, porque se insertó en cadenas globales de manufactura gracias al Acuerdo Transpacífico del cual es miembro. Crece al 7% anual.
Ustedes saben a dónde voy estimados lectores. Ecuador no está en ninguno de estos foros.
Cuando alguien mencionó la posibilidad de estar, Alberto Acosta Espinosa y seguidores salieron a denunciar el carácter neoliberal de lo mencionado y ahí quedó la historia. Ni mencionar siquiera el Acuerdo Transpacífico y la lista de espera es larga para pertenecer a la Alianza del Pacífico, donde los únicos que casi están listos para entrar -tal vez en dos años o tres- son Costa Rica y Panamá. Nos damos el lujo de renegar de la cooperación a gran escala, a pequeña escala, en todas las escalas porque ninguneamos eventos, porque no insistimos… porque no estamos. No es casual que Vietnam -el pequeño país que casi fue devastado en una guerra contra EE.UU.- ahora sea un Nuevo País Industrializado. Ellos están, ellos pelean, ellos negocian. Lo más cercano en América Latina es Perú: ellos están, no se pierden ningún foro y su diplomacia -como ninguna otra- negocia cada centavo de cooperación disponible sin sentarse a justificar que ya son país de renta media. Su tasa de crecimiento es del 6% anual.