Los implacables operativos de las FF.AA. y Policía colombianas en su territorio, milimétricamente planificados, contra dirigentes y miembros de las FARC, que determinaron la muerte de decenas de guerrilleros y sus dirigentes la última semana, reflejan la respuesta a una situación de repudio que por décadas ha tenido en jaque a la sociedad, que ha clamado al mundo por la paz. Guerra interna que ha dejado miles de muertos, centenares de secuestrados, miles de millones de dólares perdidos y una zozobra permanente.
Esta situación ha vuelto más caliente a la frontera colombo ecuatoriana y ha obli-gado a reforzar la presencia de las FF.AA. ecuatorianas, con un alto costo para el Estado, que cumplen su misión profesional con mejores capacidades, aunque no se puede hablar de un control absoluto por la complejidad de la zona selvática. Las autoridades salieron al paso presurosas a aclarar que no participamos en operaciones ni se apoyó en el último ataque a las FARC, cerca del Río San Miguel. Incluso sin claridad en los conceptos.
Si bien no se han dado operaciones combinadas entre los dos países, tiene que reconocerse el mayor flujo de información de inteligencia a través de la Combifron. La operación conjunta constituye el empleo coordinado de elementos de más de una rama de las FF.AA. de un mismo país. La operación combinada es la acción de fuerzas de dos o más naciones aliadas que actúan en conjunto para el cumplimiento de una misión única, lo que no ha ocurrido en este caso.
Al mejorar el control se impide que grupos irregulares puedan asentarse en territorio ecuatoriano, como sucediera en Angostura y que determinara el ataque colombiano de marzo del 2008, que abatiera al segundo de la organización, Raúl Reyes. El hecho fue condenado y denunciado al mundo por la violación de la soberanía e integridad territorial pero dejó al descubierto las debilidades internas de ese momento.
Esto ha permitido que las fuerzas regulares colombianas actúen con mayor eficacia, aunque todavía tienen una debilidad, que afecta al Ecuador: la falta de puestos fijos y un control permanente en los límites con nuestro país. La experiencia les ha llevado al éxito con un modelo de operaciones conjuntas, con elementos de élite, que integran todas las capacidades de las fuerzas y Policía en un solo propósito, como detalla ampliamente en su libro ‘Jaque al terror’, el ex ministro de Defensa y que hoy ejerce la Presidencia, Juan Manuel Santos.
En el lado ecuatoriano ha faltado una política de Estado de desarrollo fronterizo, no ahora sino durante décadas, que tenga presencia permanente y que al contrario favoreció la acción de los irregulares. Incluso, tiene que reconocerse que las operaciones conjuntas militares y policiales no funcionaron como lo han hecho en el vecino del norte.