Nada más reconfortante que discutir ideas, tesis y propuestas –algunas polémicas y cuestionadas, pero respetadas- en un ambiente democrático. Santo Domingo, República Dominicana, fue escenario del décimo segundo foro de Biarritz, cuyo principal impulsor es el senador y alcalde Didier Borotra. A él se han sumado líderes europeos y latinoamericanos para discutir cada año temas comunes de los dos continentes.
Qué interesante escuchar a Manuel Marín, destacado político español, que lamentó la pérdida de los valores democráticos y recordó las lecciones de uno de los pensadores contemporáneos, Norberto Bobio, cuando en su obra El futuro de la democracia decía que prefiere el gobierno de las leyes y no de los hombres y que cuando un régimen democrático elegido en las urnas pierde de vista este principio se transforma en autocrático. Las reglas de convivencia que permita resolver pacíficamente los conflictos y que es un dato incontrastable que hay Estados que no son democráticos más allá de su origen.
Qué loable debatir cuando los valores y las necesidades han cambiado; cuando los males están doblegando a la sociedad contemporánea (violencia, inseguridad, narcotráfico) que obligan a sacudirse y enfrentar la realidad con pragmatismo. Analizar el traslado de la mente analógica de la generación saliente a la mente digital de la ávida generación que comienza a usar con intensidad las redes sociales.
Qué positivo escuchar la necesidad de acuerdos, de generar confianza y seguridad, de una plena identificación de los problemas comunes y de integración, de defensa de la institucionalidad y el sistema democrático, de apertura a los consensos, de tolerancia, de rechazo a cualquier forma de autoritarismo y actitudes dictatoriales, de mejoramiento de los niveles de educación. Qué interesante la discusión sobre la legalización del consumo de la droga, puesta en el debate por el ex presidente Rodrigo Borja.
La defensa y el reclamo por la libertad de expresión y de respeto a la opinión ajena fueron expuestos y defendidos frente a las amenazas y las acciones evidentes de gobernantes de turno (el caso ecuatoriano) que atentan contra una convivencia democrática, lo cual no significa que no exista una autocrítica y mayor rigurosidad profesional.
La necesidad de acuerdos, de poner un alto a la violencia y exigir a los gobernantes que escuchen más, procesen las demandas y sean tolerantes. Priorizar las acciones para enfrentar la violencia, la corrupción y la impunidad reinantes y trabajar en políticas responsables y sostenidas. El foro se ha constituido en uno de los más importantes eventos de la diversidad, con la participación activa de líderes y actores políticos, al menos ocho ex presidentes de la República, alcaldes, prefectos, legisladores y representantes de gobiernos.