Entre dos aguas

Walter Spurrier
​wspurrier@elcomercio.org

El magisterio se debate entre el capitalismo privado y el capitalismo de Estado.

Maestros, policías e integrantes de las FF.AA. son los tres bloques más numerosos y mejor organizados de empleados públicos. Los maestros constituyeron un fondo previsional (FCME) para gozar de una renta decorosa en el retiro sumando esta jubilación y la del IESS.

El FCME se nutre del aporte voluntario de 146 000 educadores y acumula a la fecha USD 431 millones. El Fondo concede crédito a sus miembros e invierte en proyectos inmobiliarios.

Los fondos de trabajadores contribuyen a democratizar al capitalismo. Los dueños del dinero no son únicamente los ricos, sino también el pueblo organizado. Cuando se desarrolle el mercado de valores, el FCME y sus similares podrían invertir en acciones.

En los EE.UU. la seguridad social es parte del Ejecutivo: hay un impuesto al rol de pagos. Lo que en Ecuador es déficit actuarial (problema futuro del IESS para sufragar prestaciones) allá es potencial déficit fiscal. En EE.UU. no hay un IESS paraestatal, pero sí hay fondos de empleados públicos.

El fondo de los empleados públicos de California, Calpers, sirve a 1,6 millones de afiliados y tiene USD 291 000 millones en inversiones nacionales e internacionales. Cuando se pronuncia Calpers, las grandes empresas escuchan. El Fondo se nutre de aportes estatales del orden del 20% del rol de pagos. En el Directorio hay representantes de los afiliados y jubilados, pero también del gobernador, el contralor y la legislatura estatal de California.

Hoy, el bloque AP, que tiene absoluto control de la legislatura, propone a través del asambleísta Hólger Chávez, de Bolívar, que el manejo de los fondos del FCME pase al Biess.

¿El justificativo? “No hay posibilidad de que existan administradores de fondos privados de pensiones” que es “competencia exclusiva del IESS” (EL COMERCIO, julio 24); “encima del interés individual está el colectivo” (El Telégrafo, julio 28).

Se trata de aseveraciones absolutamente coherentes con la filosofía socialista del Régimen, donde los intereses personales, como en este caso el de los maestros que se abstienen de consumir para tener una vejez más tranquila, se subordinan a intereses colectivos. Que quien decide el destino de los capitales es el Estado, y no los dueños del dinero.

La organización política de los maestros, el MPD, comulga con esa tesis.

A la final, ¿qué desean los maestros, que prime el capitalismo de Estado y su dinero lo administre el Biess de acuerdo con las prioridades de la sociedad, o el capitalismo clásico y que el FCME los administre, maximizando el beneficio de cada aportante?

En mi criterio, los fondos deben mantenerse autónomos, pero con participación de las autoridades en la directiva y bajo control de una superintendencia.

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