Como confraternizaban el Zar Rojo de Cuba y el Super Jefe Azul del Ecuador, Fidel Castro Ruz y León Febres Cordero. “Hemos congeniado mucho. Nos llevamos muy bien”, decía Fidel con entusiasmo y León asentía con una sonrisa. La escena se daba en La Habana mientras en el resto del mundo surgían las preguntas. ¿Por qué diablos casi se abrazan estos dos? ¿Qué se traen en mente? ¿Quién organizó este encuentro contra natura, cómo, por qué? El anuncio tomó de sorpresa a los ecuatorianos y pronto salió de Quito un Boeing 727-200. Entre los periodistas íbamos Fernando Larenas, por el diario Hoy, y el suscrito por El Comercio. Por error administrativo del personal de un hotel, el avión se fue el domingo de Los Angeles sin nosotros dos y tuvimos que usar una tarjeta de crédito para llegar, el lunes 15, a La Habana.
Atrasados y todo, fuimos testigos de la buena relación entre Fidel y León. “Hola perdidos, les cuento que congeniamos mucho con su Presidente, pero no lo digan porque puede perder votos” nos dijo Fidel y añadió un chiste sorpresivo. ¿Por qué no me avisaron que estaban perdidos? Yo les mandaba un avión. Aunque sea el avión del presidente Febres Cordero, dijo e hizo reír a todos. El líder cubano, que vivía uno de sus mejores momentos, llevó la batuta esa noche y el ritmo de la conversación. Estaba en los 59 años –cuatro más que León-, era figura mundial, recibía un sabroso subsidio de la Unión Soviética que contrarrestaba el bloqueo. ¿Por qué la amistosa visita de Febres Cordero? Talvez fue por una maniobra política conjunta. Fidel estaba saliendo de una etapa de aislamiento y le cayó bien un visitante de derecha. León, por su parte, quiso mostrar que no era un derechista intolerante o fanático. Pero lo auténtico es que no solo confraternizaron durante tres días sino que fueron amigos siempre.
León Febres Cordero está en la tumba y Fidel acaba de “resucitar”, según sus palabras. En sus buenos tiempos se entrevistó, además, con Velasco Ibarra y Rodrigo Borja y, últimamente, con Rafael Correa. Vivo o casi muerto es un personaje cercano a la leyenda, obviamente polémico. Ya parecía fuera de escena pero al volver se encuentra con un momento crucial de Cuba, cuando el modelo (¿ya no sirve ni para el país?) está sometido a una prueba muy grave y su hermano Raúl despide tristemente a medio millón de burócratas. Fidel en el poder no quiso ceder un paso y defendió a muerte una Cuba rebelde e igualitaria, pero evidentemente estatista y autoritaria. Ahora prima la expectativa por el futuro. Los hermanos Castro dejarán en algún momento su plan para que funcione un castro-comunismo remozado. Otros esperan que el final físico de la familia abra paso a un modelo chino-cubano. Todo muy diferente a lo que León vio cuando visitó La Habana, hace 25 años y Fidel y su hermano era la imagen andante de la felicidad.