Verdaderamente es una aguda ironía lo que ocurrió esta semana con Fidel Castro Ruz, el indiscutido conductor de Cuba. En efecto Fidel es locuaz y tiene una torrencial facilidad de palabra, pero de las varias horas que conversó con el periodista estadounidense Jeffrey Goldberg de la revista The Atlantic, identificada como ‘izquierdista’ claro que a la usanza de EE.UU., solo dos frases son las que han provocado notable revuelo.
Las frases fueron según la traducción castellana editada en Internet: “El modelo revolucionario cubano ni siquiera funciona para nosotros, y la otra: “el Estado tiene un papel demasiado grande en la vida económica del país”.
De inmediato ambas frases -y no era para menos- causaron las más variadas reacciones, dieron la vuelta al mundo en alas de las agencias internacionales de noticias y solo unas horas después, recibieron también las más variadas interpretaciones.
Al un extremo se ubicó la interpretación del Régimen cubano, según la que todo derivaría de un equivocado sentido, ya que Castro habría querido decir que lo que no funciona es el sistema capitalista. Al otro extremo surgió la voz de Goldberg, el periodista, quien asegura que el líder cubano sí dijo exactamente lo que apareció en la revista. Pero también se han registrado otras interpretaciones que se quedaron el fin de semana entre los dos extremos y acaso contengan las semillas de la verdad y la clave de la realidad.
Una de las más interesantes versiones fue la debida a Julia Sweig, descrita como una especialista del Consejo de Relaciones Exteriores, con sede en Washington, quien acompañó hasta La Habana al periodista de la revista estadounidense. Según ella, se trataría de un reconocimiento de que el Estado tiene un papel demasiado grande en la vida económica del país. Por supuesto que cuando menciona ella al Estado, propiamente ha de entenderse que la alusión es a la burocracia, ya que el Fisco cubano está enfrentando cada vez a mayores dificultades para cumplir con los gastos de la enorme maquinaria administrativa.
Las declaraciones de Fidel, juzga también la especialista, que ayudarían de manera muy significativa al hermano, Raúl, antes Ministro de las Fuerzas Armadas y desde el 2008 encargado máximo de todo el gobierno, quien enfrentaría a la oligarquía formada por los altos dirigentes del Partido Comunista, renuente como es obvio a cualquier cambio que disminuya su papel. Otro tema que parecería inquietar mucho a Fidel sería el riesgo de una guerra nuclear; por eso la tesis de que no compartiría ahora el pedido de 1982 para que se atacara a EE.UU. con misiles atómicos si fuera necesario, y también la crítica al presidente iraní por su fanático antisemitismo y por la negativa de que hubiera el llamado holocausto de los judíos, cuando la segunda guerra mundial y la dictadura de Adolfo Hitler.