¿Una o dos Venezuelas? ¿Una Venezuela bicéfala? Venezuela tiene dos presidentes , dos legítimos y dos ilegales. Tiene dos Asambleas Nacionales, dos impugnadas y dos en funciones. Tiene dos fiscalías haciendo investigaciones y exigiendo penas a dos cortes de justicia distintas. Hay marchas callejeras, las unas de los unos y las otras de los otros, que se realizan el mismo día. La mitad del mundo reconoce a un régimen y la otra reconoce al otro. Hay un dólar oficial y otro paralelo. Todo partido, dividido y polarizado.
Lo único fuera de este mundo dual son las fuerzas militares, alineadas a uno de los regímenes, ejerciendo el monopolio de la fuerza más allá de los marcos jurídicos. El volumen de su poder es inconmensurable: las Fuerzas Armadas Bolivarianas están compuestas por 260 mil militares (6 veces más que Ecuador), la Guardia Nacional Bolivariana cuenta con 70 mil efectivos, la Policía Nacional 30 mil miembros y las Milicias Bolivarianas cerca de 500 mil personas armadas, así como las estructuras de inteligencia y contrainteligencia con el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y la Dirección General de Contrainteligencia Militar.
A estos números hay que añadir 2.000 generales en activo, mientras EE.UU. –con la fuerza militar más grande del mundo- solo cuenta con 900. Adicionalmente son 11 los ministros militares en el gabinete de Maduro y también 11 los gobernadores de los 24 estados. La empresa estatal de petróleos (PDVSA) es enteramente manejada por la milicia.
¿Cómo se justifican estos números? Venezuela tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo (20 veces más que Ecuador), la violencia política es muy elevada (20% de los homicidios anuales son responsabilidad de los cuerpos de seguridad, cantidad similar a los cometidos por Pinochet durante toda su dictadura), la corrupción es galopante (TI lo ubica en el puesto 168 de 183 países) y la presencia del narcotráfico es considerada “mafia de Estado”. Si esta estructura militar no se justifica para reducir la violencia y las economías ilegales ¿Para qué sirven?
La cantidad de efectivos militares y policiales y la estructura de mando territorial revelan la militarización de la sociedad civil. La presencia de milicianos en los ministerios claves del gabinete de Maduro, además de la jefatura en las gobernaciones, evidencian el dominio sobre la política. Y su presencia en PDVSA, entre otras empresa públicas, muestran el control de la economía. La sociedad, la política y la economía están militarizadas.
Se supone que la estructura militar, en sociedades democráticas, debe subordinarse al poder civil legítimamente constituido. Sin embargo, la presencia militar nos dicen todo lo contrario; por tanto, la crisis de Venezuela también es de su responsabilidad.