Fascistas

Es muy probable que la crisis abismal provocada por el coronavirus vea surgir regímenes neofascistas o totalitarios en muchos países del mundo.

Sé que articulistas románticos y bienintencionados creen que esta conmoción nos hará reflexionar y retomar una vida más sana, más solidaria, en cálido contacto entre nosotros y con la Madre Naturaleza. Eso quizás suceda a nivel individual, pero a nivel social está pasando exactamente lo contrario. Para controlar y combatir el virus China incrementó su sistema de vigilancia ciudadana y cada vez habrá millones de cámaras más de reconocimiento facial instaladas hasta en el WC, no es exageración. También Israel monitorea a todos los teléfonos con un sistema que fue desarrollado para controlar al terrorismo.

Si ahora todos somos sospechosos de estar infectados y andar difundiendo la epidemia, en términos políticos eso era lo que pensaba de sus conciudadanos la Stasi de Alemania del Este y el paranoico y despiadado José Stalin, quien aplicaba métodos más brutales pues aquellos contaminados, según él, con el virus del troskismo eran puestos en cuarentena por años en los hielos de Siberia, de donde volvían muy pocos. Y en EE.UU., como destaca un analista, el pánico generado por los atentados del 9/11 llevó a que se construyera ese sistema de vigilancia universal que sería delatado por Snowden en el 2013.
Con el desempleo, la miseria y la agitación social, las tendencias de la ultraderecha, nacionalistas, xenófobas, racistas, que venían creciendo antes de este remezón mundial obviamente se van fortalecer y harán que líderes democráticos como Macron, Merkel, Trudeau, y Biden si logra derrotar al repulsivo Trump, se conviertan en los últimos soportes importantes de la democracia liberal.

También los populistas de izquierda han derivado hacia el neo fascismo. El mejor ejemplo es Venezuela, manejada por una banda de generales mafiosos. Y si nos atenemos a los atropellos de su Gobierno, y, en especial, a todo lo que ha hecho y dicho desde octubre, es claro que Correa se ha incorporado a esa galería de fachos, junto a Bolsonaro, Ortega, Maduro y otros. Si pescando a río revuelto lograra recuperar el poder, implantaría un régimen de corte fascista, vertical y militarizado, basado en el culto al caudillo, el odio, el latrocinio y la venganza. Por ahora, su perverso ejército de trolls no tiene empacho en propiciar el caos nacional mediante la calumnia y el terror virtual.

Si la gente no tomó en serio al coronavirus hasta que empezó a morir, no digan mañana los políticos, los medios, las autoridades civiles y militares que tampoco vieron venir al fascismo. Si no es Correa será otro, las condiciones están dadas. Y si esperan a que termine la pandemia para crear algo como un frente de defensa de la democracia, será demasiado tarde.

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