Tomando el título de una novela de Ernest Hemingway, a dos días de la supuesta fecha de dejación de armas por parte del grupo guerrillero FARC, aún quedan dudas sobre el remate de esta etapa crucial del proceso de paz.
La noticia dice que el martes en una zona veredal llamada Mesetas, en el Meta, el Presidente Juan Manuel Santos solemnizará el acto. Hasta allí irá también alias ‘Timoleón Jiménez’ o ‘Timoshenko’, el dirigente del grupo político guerrillero que negoció y acordó el labrado y discutido proceso de paz. Aunque el viernes el Presidente dijo que ‘la guerrilla más poderosa de América deja de existir hoy’, el dirigente de las FARC alias ‘Andrés París’, sostuvo en una entrevista con Blu Radio que faltaban detalles.
Colombia afrontó más de medio siglo de violencia guerrillera de las FARC y persisten otros grupos armados extremos. Más de 250 000 muertos, destrozos y una herida profunda que lastimó a millones de colombianos ha sido una de las experiencias fallidas de revolución por las armas más larga, devastadora y frustrada del continente.
Las FARC y otros grupos violentos derivaron en actividades sumergidas en el narcotráfico, lo cual fue un balón de oxígeno millonario para un operativo militar clandestino costoso extendido por varios rincones de la vasta geografía colombiana. La lucha encabezada por el Presidente Álvaro Uribe Vélez y su entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos logró debilitar la capacidad operativo militar de los revolucionarios e infringirles severas derrotas.
Esa condición llevó a una mesa de negociaciones a las FARC, acaso como un último recurso de supervivencia, empero el político que las combatió se convirtió en el más tenaz crítico del Presidente Santos. La firma del primer acuerdo de paz, concesiva en grado sumo, fue seguida de modificaciones que llevaron a este momento. Lo que viene es el labrado camino de la inserción social, cívica y política de los guerrilleros y que en Colombia se acepte, pese a todo.