Sobre un total de 173 países, Nueva Zelanda vuelve a encabezar el ‘ranking’ global de desarrollo ”Democracia, Mercado y Transparencia” que publica el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), seguida ahora por el otro país de Oceanía, Australia. Dinamarca, tercero, sigue al frente del ‘ranking’ de la Unión Europea, que en su último lugar tiene -no por casualidad- a Grecia. Albania, en el puesto 73, reúne el puntaje que más se aproxima al del promedio global (5,16), debajo del cual se ubican el 55,5% de los estados incluidos.
Este ‘ranking’ plantea que los pilares que hacen al desarrollo son tres: las libertades democráticas, la economía de mercado y la transparencia gubernamental. De esta manera, los países que pueden definirse como desarrollados deben garantizar cada una de estas tres facetas necesarias para el progreso político, económico e institucional. Para la elaboración del ‘ranking’ se combinan y ponderan en forma equitativa, los datos que aparecen en las siguientes publicaciones: Freedom of the World, de Freedom House; Índice de Libertad Económica, de Heritage Foundation y Wall Street Journal; y el Índice de Percepción de la Corrupción, de Transparency International.
Entre los 10 primeros del ‘ranking’ no hay ninguno que pueda ser considerado un ”imperio”: Nueva Zelanda (0.922), Australia (0.899), Dinamarca (0,898), Suiza (0,893), Finlandia (0,885), Canadá (0,885), Suecia (0,880), Holanda (0,870), Luxemburgo (0,859) y Noruega (0,859). Todos estos países tienen el mejor puntaje en libertades democráticas y altísimos niveles de transparencia, lo cual explica por qué un ”Estado de bienestar” -como 4 de los casos que figuran en el ”top ten”- representa una alternativa para el desarrollo.
Otro dato interesante, de acuerdo a esta manera de entender el desarrollo, es la ubicación de China. El gigante asiático aparece en el puesto 150 debido a que registra una de las peores calificaciones que otorga Freedom House, un mediocre desempeño en libertad económica y un aplazo en transparencia. De esta manera, a pesar de ser una potencia económica, el carácter dictatorial de China y con ello los vicios asociados a la corrupción, muestran que la ”apertura” que ya lleva más de cuarenta años no ha sido suficiente para acercarle el desarrollo a su pueblo.
En América Latina, Chile sigue al frente del ‘ranking’ regional. Uruguay es el segundo. Costa Rica desciende cinco lugares, pero se mantiene tercero seguido por Panamá. Diez países mejoraron su puntaje, uno -Perú- se mantuvo igual, y 9 disminuyeron su calificación. Los retrocesos más importantes son los de México, Nicaragua y Venezuela.