La profunda desigualdad económica del Ecuador podrÃa disminuir si las empresas deciden ser socialmente responsables, para ser sostenibles en el tiempo. Una de las vÃas es exportar más porque necesitamos dólares para que haya liquidez. A tales efectos, con solo el mercado interno no será posible potenciar la creación de empleo adecuado, pues aquel está estancado y asà seguirá, si no se aumenta, el Producto Interno Bruto por habitante, que ha disminuido en la última década.
El Ecuador, mal gobernado por polÃticos incompetentes, no tiene polÃticas públicas ni recursos para la inversión. Y esta debe provenir de las élites económicas si no sacan sus utilidades al exterior. Un sector privado innovador sà tiene recursos para surgir con las reglas existentes, con una moneda que no se devalúa, tal como lo han hecho los camaroneros, floricultores y bananeros. También se podrÃa aprovechar la devaluación del peso colombiano, para importar insumos industriales y hacer nuevos productos exportables.
Ahora se cuenta con mercados grandes en virtud de los Tratados Comerciales con Europa y China, a los cuales debe penetrar rápidamente el Ecuador con nuevos productos de buena calidad. El estado debe proveer, por lo menos, de energÃa segura, vÃas de comunicación buenas para mejorar la competitividad.
Como hemos perdido el tren de la producción de bienes tecnológicos, nos queda la explotación de oro y otros metales, con empresas serias y no contrabandistas y mejorar la producción agropecuaria y la industria turÃstica remunerativa. Para todo esto es básico la calidad del capital humano. Hay ejemplos como el de Vietnam, que ha crecido a tasas altÃsimas copiando bien los procesos exitosos del mundo con trabajadores competentes.
Inmediatamente, los empresarios pudientes deben analizar la factibilidad de nuevos productos que se puede exportar a China y promover también la participación de inversionistas extranjeros, pues si no hay nuevas exportaciones no habrá más empleos formales.