El Banco Mundial estimó la semana pasada que la economía global se contraerá este año 5,2%. En América Latina, la región más golpeada del planeta, caerá 7,2%, mientras que Ecuador tendrá una recesión ligeramente superior: 7,4%, aunque otros cálculos llevar esa cifra hasta los dos dígitos.
Las proyecciones también señalan que, si bien el 2020 será un año de recesión, el próximo año se podrá observar un crecimiento global, aunque desigual, con una reactivación más rápida en los países desarrollados y en aquellos con ahorros y capacidad de inyectar recursos fiscales para mantener en movimiento la economía. La proyección para Ecuador es que el 2021 la economía nacional crecerá 4,1%, aunque tardará algunos años para volver a los niveles previos a la pandemia del covid-19.
En este escenario, Ecuador tiene oportunidades si da un giro en el manejo económico, lo cual implica impulsar la actividad privada, principalmente aquella orientada al mercado internacional, entre otras cosas, porque el mundo se recuperará más rápido que el mercado interno y eso beneficiará a los productos locales de exportación.
El Banco Central del Ecuador publicó la semana pasada las estadísticas mensuales de comercio exterior del país, con corte hasta abril pasado. Para analizar esas cifras es necesario dividir el comercio en dos partes. La que depende del sector petrolero, con fuerte impacto en las finanzas públicas y, la otra, que agrupa al resto de los productos de exportación y que depende exclusivamente de la actividad privada.
Según las cifras oficiales, abril fue un mes desastroso para el sector petrolero y, por ende, para el Fisco. Aparte de la suspensión del bombeo de crudo por los dos oleoductos, el precio promedio del barril de petróleo ecuatoriano fue de apenas USD 14,22, el más bajo desde finales del 2001, cuando también rondó los USD 14.
En la crisis del 2009, cuando también cayeron los precios del crudo en el mercado internacional, la cotización mensual del barril ecuatoriano nunca bajó de USD 25.
Los precios han venido mejorando a raíz del recorte de producción mundial y del progresivo desconfinamiento de las economías europeas y asiáticas. Hoy ronda los USD 30 por barril y es probable que se mantenga así durante los próximos meses.
Por el lado privado hay que destacar que las ventas no se suspendieron en su gran mayoría. Los principales productos de exportación: banano, camarón, cacao o atún presentaron en abril cifras positivas o tuvieron una leve contracción, lo cual es destacable frente a la magnitud de la crisis.
En el balance del primer cuatrimestre, las ventas no petroleras registraron un aumento del 4,7% en volumen y 10,9% en dólares. Las exportaciones de fruta, jugos y conservas, harina de pescado, madera, elaborados de mar y productos mineros tuvieron tasas de crecimiento de dos dígitos entre enero y abril frente a igual período del 2019. Ahí existen oportunidades para acelerar la reactivación del país.