Hace algunos años atrás, las autoridades económicas de Chile decidieron crear un fondo de ahorro con la aportación de los excedentes que se produjeran sobre el precio del cobre proyectado a mediano plazo.
El objetivo del fondo era el de ir acumulando recursos para – en caso de crisis- utilizarlos para estabilizar la economía. Es decir, que en vez de tomar las tradicionales medidas de ajuste como ha sido costumbre, los recursos ahorrados se utilizarían para implantar una estrategia contra-cíclica, que evite un deterioro mayor de la producción y del empleo.
En la época en que se creó dicho instrumento, ni Chile ni el resto del mundo atravesaban por una crisis que obligara a pensar en la creación de un fondo de ahorro.
Hoy que las principales economías del mundo han entrado en recesión, Chile ha anuncia-do una estrategia para enfren-tar la crisis para lo cual utiliza-rá parte de los recursos del fon-do de ahorro por un total de USD 4 500 millones equivalente al 3 % del PIB .
Dentro del programa de estabilización y promoción de la producción y el empleo se contempla utilizar casi un cuarto de los fondos para continuar con el programa de inversiones de Codelco, la empresa pública que explota el cobre, para incrementar sus reservas y producción.
De esta manera, se estimula la demanda vía inversión, y se aumenta la producción para incrementar las ventas al exterior, y continuar acumulando recursos en el fondo de ahorro.
Además, dentro de las políticas anticíclicas se proyecta aportar capital al fondo de garantía de pequeños empresarios para ampliar en USD2 000 millones su capacidad de apoyar el crédito.
Además, se inyectaron USD 200 millones a la corporación de fomento de la producción para aumentar los créditos productivos.
Por último, se incrementará en USD 500 millones el capital del Banco del Estado para apoyar a las empresas de menor tamaño y a las familias que deseen adquirir viviendas.
Así mismo, dentro del programa elaborado, se crean de manera temporal subsidios y se aumentan otros para que no caiga la demanda de los sectores de menos recursos.
Todas estas políticas se aplican manteniendo un superávit fiscal estructural de un 0,5 % del Producto Interior Bruto, que permite una expansión del gasto público en un 5% en términos reales según los valores de mediano plazo de sus principales determinantes.
En resumen, la política fiscal, conjuntamente con las políticas crediticias y de subsidios, apoyadas con la utilización de parte de los recursos del fondo de ahorro del cobre, permitirán a Chile aplicar una política contracíclica sin poner restricciones al gasto público y al libre comercio; y sin aumentar los impuestos.
De esta manera, se proyecta para el presente año, un crecimiento de la economía con baja inflación y equilibrio presupuestario.