Sin duda, los resultados de las recientes elecciones han generado, más allá de sorpresa, una sensación de desilusión acompañada de preocupación para quienes creemos en la Democracia y en la Libertad.
1.- Buscando respuestas: 1.a.- Independientemente que las encuestas fallaron, que el exit poll es un arma de doble filo (que debería pensarse en eliminarse por los riesgos que conlleva en caso de error), que el presidente (muy sorprendido también) no salió a dar un mensaje la noche del domingo 9 de febrero; más allá de la lección en el sentido de que, generar expectativas, no es prudente ni lo más inteligente, ya que si las cosas no resultan como lo esperado, dan lugar a un desengaño, a una victoria con sabor a derrota como es el caso. Más allá de comprender que, en los últimos días, Luisa dio un giro que, en principio, le habría aportado refrescar su imagen y brindar la impresión de autonomía; más allá de entender que, el crecimiento en los votos a favor del correísmo, no sería necesariamente fruto de sus acciones (que por cierto no han sido las mejores que digamos), sino más bien quizás de un voto ciego en contra de Noboa, es decir de una suerte de un anti noboísmo.
1.b.- Más allá de también explorar la arista desde el punto de vista porcentual, en el sentido de que, el que habría quedado en tercer lugar, no sería Iza con el 5,24%, sino más bien el Ausentismo que mantuvo un 20%. Ausentismo por cierto, que puede tener varias explicaciones tales como, migración, comodidad votar solo en la segunda vuelta, voto facultativo (jóvenes entre 16 y 17 años y las personas de la tercera edad, etc.), pero que no deja de ser, sin embargo, un sector representativo, importante y quien sabe decidor, y que por ende puede coadyuvar a dar el triunfo a tal o cual candidato que sepa canalizarlo a su favor, sin perjuicio de los votos en blanco, nulos y del resto de ex candidatos…
1.c.- Quizás, el tema se aclare, en analizar y entender por qué se habrían generado esos resultados. ¿Será quizás que las redes sociales siendo eficientes no son suficientes? ¿Quizás algunos votantes no se sintieron identificados con ciertos comportamientos de Noboa y allegados, con los que, la mayoría simplemente no tiene acceso ni posibilidades? ¿Quizás un exceso de confianza y un falso triunfalismo, hizo bajar la guardia? ¿Quizás faltó humildad? ¿Quizás el tema con la vicepresidenta y los estiramientos legales y constitucionales pasaron factura? ¿Quizás una confianza depositada en el CNE que, al final del día, alimentaría dudas? En fin, pueden ser una combinación de estas u otras explicaciones. Lo importante es entender con precisión ¿qué pasó? ¿Por qué se ha dado esa desconexión, que ha generado que el correísmo (siendo lo que es y representa) esté tan peligrosamente cerca de volver a la presidencia?
2.- Polarización y regionalismo: Los resultados, en los que, prácticamente el 90% de los sufragantes están divididos en dos bandos, denota que la polarización ha tomado cuerpo, y con ello la división y separación entre ecuatorianos por razones políticas. A pretexto de la polarización, se ha pretendido tratar de revivir un regionalismo, esto es, costeños contra serranos o viceversa, en razón del apoyo de la costa a Luisa, sin entender que, Noboa también es costeño (así como gran parte de su gabinete), al igual que su familia y sus orígenes políticos, por consiguiente no debe verse así el tema. La esencia del asunto está por entender, por qué la Costa ha tenido ese comportamiento, y quizás la explicación estaría, no solamente en el voto duro que per se tiene el correísmo, sino también por sentirse olvidados y no atendidos. Sin embargo, resulta una equivocación, evocar emocionalmente al voto del pasado, sin tampoco entender que la situación económica de ese entonces era otra, que en un año es muy difícil hacer obras frente diez años del correísmo; y, por otro lado, pensar en combatir la inseguridad que sufre la costa mediante la idea de que con Correa no existió tanta delincuencia, sería otro error, ya que la actual violencia que vivimos, en parte es fruto de las acciones y/o omisiones generadas en su momento justamente por el correísmo (eliminación base de Manta, apertura de fronteras, eliminación del pasado judicial para ingresar al país, tema Angostura, los aportes de la guerrilla colombiana que habría recibido la candidatura de Correa, y un largo etc.).
3.- Estamos a tiempo: Cuidado nos pase lo que sucedió a finales de los 90s y a inicios del presente siglo en Venezuela, cuando la gente de ese entonces creyó y apostó por Chávez por un sentido de revancha con sabor quizás a venganza hacia los sectores económicos privilegiados, dado lo cual cuando sus hijos eran niños aún, y luego apostando por Maduro. Y, hoy en día, son penosamente sus hijos, ya jóvenes, los que injustamente pagan el error de sus padres, regados y ubicados en las esquinas y semáforos de muchos países mendigando caridad y durmiendo en las veredas, frente a unos padres entristecidos, empobrecidos y arrepentidos, ante una situación que pareciera irreversible…
Aún estamos a tiempo.-