El 10 de julio pasado acaba de suceder un hecho lamentable en la Refinería de Esmeraldas. De manera inexplicable, cerca de 1300 barriles de fuel oil se desbordaron de uno de los tanques de almacenamiento y fueron a parar a los ríos Teaone y Esmeraldas.
A diferencia del crudo que generalmente se explota y transporta desde los pozos ubicados en la región amazónica, el fuel oil, resultante de la destilación del petróleo, tiene impactos más graves para el medioambiente y la salud de las personas por la alta concentración de elementos aromáticos policíclicos pesados y persistentes. Además, al ser esta sustancia mucho más densa y viscosa que el crudo normal, el impacto al medioambiente es delicado debido al escaso porcentaje de evaporación y su alta resistencia a la biodegradación.
Con razón el alcalde de Esmeraldas, Ernesto Estupiñán, ha presentado una denuncia ante la Fiscalía y ha exigido a Petroindustrial una indemnización por daños ambientales.
Aunque la unidad de Seguridad, Salud y Ambiente de la empresa estatal de petróleos ya se encuentra haciendo trabajos de limpieza y remediación ambiental y atendiendo a los habitantes de la zona, esto no puede quedar así.
Es inconcebible que, pese a que existe un sistema de alarmas en los tanques de almacenamiento de fuel oil en la Refinería, éste no haya funcionando o, lo que es peor aún, que su personal no haya actuado de manera oportuna. El derrame se produjo a las cuatro de la madrugada del 10 de julio. Apenas a las dos de la tarde, 10 horas después, se hizo algo. Se colocaron precarias barreras para detener el avance del fuel oil pero no impidió que el derrame contaminara el río Teaone y llegara al Esmeraldas.
¿Hasta cuándo van a seguir ocurriendo desastres de este tipo producto de la inoperancia, irresponsabilidad y negligencia de los funcionarios de la estatal petrolera? ¿Cómo es posible que en una empresa como Petroindustrial, en donde sus funcionarios reciben salarios y beneficios realmente elevados, se diga que hay sobrecarga de turnos y no exista personal suficiente? ¿Cómo puede ser que la gerencia de refinación, unidad responsable del derrame, esté en Quito y no en la misma Refinería de Esmeraldas? ¿Dónde están las ONG ambientalistas? ¿Qué pasó con organizaciones como Fundación Natura, Acción Ecológica y otras? ¿Desaparecieron o es que también están cooptadas por el Gobierno?
Ya es hora de poner las cosas en orden. Aunque no tengo muchas esperanzas de lo que pueda hacer la Fiscalía en cuanto una investigación y determinar responsabilidades penales, al menos debería haber sanciones ejemplares para los funcionarios que actuaron de modo negligente e irresponsable.