“Los niños han sido quienes mejor se han adaptado a cada cambio abrupto y han seguido los límites que se han establecido”.
Estamos a menos de dos meses de llegar al segundo año de la pandemia, los niños han sido los grandes maestros y a quienes se les ha robado tiempo irremplazable. Ellos han sido quienes mejor se han adaptado a cada cambio abrupto y han seguido los límites, han hecho de la mascarilla su segunda piel, tal y como les hemos enseñado, han aprendido a lavarse las manos de forma correcta, utilizan el alcohol gel con gran naturalidad, y saben más de variantes y modos de contagios que de socialización.
En septiembre 2021 algunos niños, los privilegiados, volvieron a la escuela, quienes pudieron tuvieron un nuevo despertar, su salud emocional y mental comenzó a sanar y volvieron a ser niños que hablan de superhéroes, películas y juguetes, todo esto con la mascarilla puesta y socializando lo estrictamente necesario fuera de la escuela para mantenerla como un lugar seguro.
A contrario, los adultos desatados en fiestas, reuniones, no soportan el distanciamiento, peor la mascarilla, no buscan lugares aireados con aforo limitado, la empatía se acabó, simplemente el covid y sus variantes no nos han enseñado nada. Después de fiestas se desata una ola inmensa de contagios y lo más rápido es cerrar las escuelas, donde el contagio es menor, donde los límites son claros, donde la mascarilla es parte del cuerpo de nuestros niños; ellos que cumplen las reglas son los más castigados.
Cuidemos la salud mental de nuestros niños, quienes solamente han aprendido a seguir límites, que tienen derecho a estudiar, jugar con sus amigos, que tienen que seguir siendo niños, aprender a socializar. Espero que las autoridades vean un poco más allá de lo que les queda sencillo y sepan manejar de forma drástica a quienes en verdad necesitan limites, quienes no tienen un mínimo de empatía, quienes no reconocen que sus acciones dañan a los más vulnerables: a nuestros niños y adolescentes. No dejemos que les sigan robando años preciosos que jamás volverán y sobre todo no diezmemos el futuro de nuestro país quitándoles un desarrollo adecuado.