Cuánta falta le hace al Ecuador serenarse, sentarse a conversar, hablar sin insultos, valorar la palabra del otro. Requiere bajar las tensiones y escuchar. Para esto es imprescindible poner en vigencia el respeto al otro y a nosotros mismos.
Ha llegado a mis manos un libro que recupera la voz de la juventud, de ese segmento social poco valorado y muchas veces rechazado por su comportamiento franco e irreverente. La obra es el fruto de una investigación reciente realizada por la Fundación Hernán Malo a miles de estudiantes de bachillerato de varias ciudades del país. “Jóvenes de hoy, percepción de sí mismos y del mundo en que viven” es el título que brinda datos altamente reveladores. Aquí algunos:
La encuesta señala que en los jóvenes hay consumo de alcohol y de drogas pero en niveles más bajos de los que han sido denunciados. Aunque de manera preocupante un 10% ingiere alcohol casi todos los días.
Nueve de cada 10 quieren seguir estudios universitarios. Ven en la educación una alternativa para superar la pobreza. Pero uno de cada tres sabe que no podrán hacerlo por problemas económicos de la familia. Tienen que ir al mundo laboral luego del bachillerato.
Los jóvenes creen que la mayoría de adultos no practican lo que predican. La palabra adulta está deteriorada. En tal sentido su apreciación de los profesores es preocupante. Seis de cada 10 consideran que de todos sus profesores solo muy pocos son modelos a seguir. Consideran que muchos no tienen vocación ni están bien preparados. Aunque un 50% señala que en su colegio ha encontrado a un maestro o maestra a la que le tiene confianza.
Hay una alta preocupación por el incremento de la violencia. Un 50% dice que los adultos la practican frecuentemente (“Los adultos no se respetan entre sí”). Un 30% se queja de este comportamiento de parte de sus padres, pero nueve de cada 10 reconocen que entre los jóvenes hay agresiones en mayor o menor grado. Una de ellas son los apodos. Un 80% rechaza de esta práctica (ojo con las sabatinas).
En plena ‘revolución’ que proclamó la creación de ciudadanía el 80% de estudiantes dicen que la política les interesa poco o nada. Manifiestan que los líderes políticos tienen limitada preparación, que les interesa poco el país y que son poco o nada honrados. El 70% de los jóvenes reafirma que la mayoría de políticos “son corruptos” (¿La ‘revolución’ avanza?).
Sin embargo, los jóvenes son optimistas. Un 92,5% afirma que vale la pena vivir. Muchos se sienten contentos con la vida familiar. La mayoría son tolerantes en temas religiosos, abiertos en asuntos de la sexualidad, menos racistas, aunque todavía hay fuerte presencia de concepciones machistas.
Esta voz de la juventud debería ser atentamente escuchada por padres y madres, maestros, políticos y por las alturas del Gobierno.