El escándalo de las masas

Es comprensible pero no justificable que en nuestro país no se siga de cerca la actualidad financiera. Nuestras dos ciudades principales no son grandes centros financieros, la presencia de los grandes bancos de inversión en la vida cotidiana ecuatoriana es casi imperceptible y lastimosamente en el fútbol, el gran centro de interés, estos días un equipo popular logró un nimio éxito, agotando la capacidad nacional de reflexión.

En Inglaterra se acaba de destapar la amplitud con la que las instituciones financieras manipulan el Libor. El London Interbank Offered Rate (Libor) es una cifra que refleja la tasa de interés con la que los bancos se prestan dinero unos a otros. Cada mañana la Asociación de Banqueros Británicos llama a 18 bancos y les pregunta cuál es la tasa que están practicando. A partir de esa información se elabora el famoso Libor.

El problema es que los bancos, y en específico Barclays, fingían las cifras. Al actuar de manera concertada, como un cartel, estas instituciones lograban producir el Libor más beneficioso para las posiciones que sus propios traders habían asumido.

El mal generado se produce puesto que esa cifra está en el núcleo de todo el universo financiero. Este referente fundamental determina diariamente trillones de trillones de dólares en operaciones; afecta desde las tasas de las hipotecas de los migrantes ecuatorianos, hasta los créditos que obtienen las empresas, afecta todo. Es como si alterásemos la economía mundial para que ella esté al servicio de nuestros intereses individuales.

El egoísmo y el quemeimportismo frente a los problemas de los demás llegan a su apogeo total – que el mundo entero se adapte a los intereses de unas pocas entidades-. Robert Reich, el ex secretario de trabajo de Bill Clinton, señaló que se trata de un “fraude de proporciones cósmicas”.

Por el momento, el escándalo ha golpeado principalmente a Barclays, el célebre banco fundado en 1690. El anterior mes se le aplicó una multa de 290 millones de libras esterlinas, y tras una resistencia increíble Bob Diamond, su dirigente, renunció a su puesto y a su bonus.

El escándalo mantiene a las élites educadas del mundo indignadas y pegadas a los medios especializados. Pero frente al poco clamor popular, el ex gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer se preguntaba el por qué de esta indiferencia. El interlocutor de su programa respondió con aire consternado, “es que explicar el Libor se demora más de 10 segundos”. “Además, es difícil entender su alcance asombroso”; ambos se lamentaron que frente a ello la atención pública estadounidense esté más enfocada en el nuevo divorcio de Tom Cruise.

Y de todo esto los pequeñitos ecuatorianos ni se dan por enterados, tan ilusionados con su adorado Barcelona.

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