Cuando en los conflictos en lugar de ir a sus causas para buscar una solución, según recomienda Kant en su obra ‘La Paz Perpetua’, se opta por una maniobra que atienda intereses particulares, se obtiene una escalada política, que previo el hábil replanteamiento del problema con un principio universal se redirecciona la situación.
Defender vigorosamente valores universales, como la soberanía, la democracia, la libertad de expresión, los derechos civiles, además de conseguir el apoyo unánime en el sistema internacional, otorga gran imagen y poder, aunque al mismo tiempo se postergue y aun encubra al problema original base del conflicto, contribuyendo a eludir responsabilidades.
La tenaz defensa de la soberanía a raíz del ataque colombiano a Angostura, obtuvo gran respaldo internacional, como era de esperarse; sin embargo, la causa original del conflicto fue la conexión entre el campamento guerrillero clandestino en el que operaba el líder de las FARC y el cónclave de la Coordinadora Continental Bolivariana que se realizaba en Quito, que incluía visitas y pasantías al campamento, fue una grosera quiebra de la seguridad interna que pasó sospechosamente inadvertida, hasta la injustificable intervención externa.
La ardorosa defensa de la democracia ante un supuesto golpe de Estado, como consecuencia de la rebelión de la Policía, también obtuvo respaldo internacional, pero nunca se reparó en que el origen del problema fue una incapaz gestión para implementar la homologación salarial decretada por el Gobierno anterior.
Pero el caso más emblemático, es el de Julián Assange, “joven travieso”, ‘hacker’ acogido por la sólida y respetada institución del asilo diplomático, para ser utilizado en la escalada política a un conflicto mayor, como la defensa de la libertad de expresión y de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, que evidentemente recibió respaldo internacional.
La diferencia en este caso está en que luego de la bocanada de oxígeno tomada al pie de nuestros símbolos patrios en la Embajada de Ecuador en Londres, no se podrá redireccionar la situación, porque existen dos procesos legales irreversibles. El de mayor gravedad es sin duda el juicio marcial, seguido en los EE.UU. al soldado Bradley Manning, acusado de filtrar información clasificada de inteligencia y diplomacia para uso y explotación de Wikileaks.
Fundamento para la extradición a Suecia que pueda derivar en nueva extradición a EE.UU. Por lo pronto como las decisiones son interdependientes, la iniciativa estratégica de defensa en el campo político se ha agotado, solo queda la acción de la justicia y en el ínterin, una salida honorable para el exabrupto de la Cancillería inglesa.
*Ex Ministro de Defensa